Glaciares: ¿Quién dijo que todo está perdido?

23 enero 2012
En los Andes, los glaciares retroceden desde hace años; en Perú, que ostenta el 77% de los glaciares tropicales, la superficie se redujo en un 22% en treinta años (un porcentaje altamente alarmante).

23 de enero de 2012

Fuente: lanoticiasur.com.ar

Esta retracción plantea un problema real en este país, donde los glaciares representan el 60% del suministro de agua. La pérdida de hielo, además, llevó al agotamiento de la tierra en los valles, otrora coronados por los glaciares. La escasa vegetación es consumida en su totalidad por los animales.

Frente a la gravedad de la situación, el equipo de investigadores encabezado por el glaciólogo Eduardo Gold Aráoz ha concebido un curioso proyecto que asimila la noción de albedo (reflectividad de la superficie terrestre, o sea, energía reflejada desde la Tierra al universo). Pasándolo en limpio: el hielo y la nieve reflejan la luz del sol en el cielo porque son blancos, mientras que la roca oscura, absorbe la energía solar.

Cuando desaparece el hielo, la tierra queda desnuda y los colores oscuros favorecen la absorción de energía solar haciendo desfavorable la formación de hielo. Y si pintamos las rocas de blanco, podríamos crear un microclima más frío y húmedo, favoreciendo la formación hielo. Dicha medida tiene bajo costo, es fácil de aplicar, resiste a los cambios de temperatura y no afecta la calidad del agua.

Por cierto, el experimento no tiene nada de absurdo: en los pueblos del Mediterráneo, desde hace mucho tiempo, se blanquean las casas cuidadosamente. Un estudio de la NCAR (National Center for Atmospheric Research), por otra parte, concluyó que el método es válido y digno de la experimentación
El Gobierno peruano, profundamente sensibilizado con la importancia y urgencia del problema, apoyó el proyecto y ha creado una ONG.

El Banco Mundial colaboró con este proyecto en el concurso “Cien ideas para salvar el planeta“, con una primera ayuda de 200.000 dólares (149.000 euros). Unos ingresos inesperados (que se extendieron en otros 100.000 dólares en 2010) permiten a las organizaciones no gubernamentales hacer frente a otro valle a los pies del Monte Razuhuillca (5.200 m) en la región de Ayacucho. Un total de 15.000 m2 han sido blanqueados.

Los resultados son impresionantes. Eduardo Gold Aráoz informó de una reducción en la temperatura de 12° C en los pastos y la reaparición de hielo en algunos lugares. Es por el momento una primera gota de agua, si se puede decir así. La aplicación cuesta cinco mil dólares por hectárea y se requeriría de una gran inversión para hacer frente a todos los glaciares identificados por la ONG.

Según Gold Aráoz, además, para frenar la deglaciación se requiere de nuevas políticas conservacionistas y, sobre todo, de la conciencia ciudadana para desacelerar la contaminación.

“Es un experimento, pero es mejor que no hacer nada. Sin agua, la vida aquí será imposible para nosotros”
(La Noticia Sur / Graciela Perrone)

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