A punto del colapso la red de agua potable

09 julio 2017

09 de Julio del 2017
Fuente: El Diario
Nota de: Gabriela Minjáres

El desabasto de agua potable que hizo crisis este año con el calor, dejó al descubierto el abandono en el que se encuentra la infraestructura hidráulica para prestar este servicio básico en la ciudad.

Trabajadores de la JMAS reemplazan un tramo de colector dañado. Foto tomada de El Diario

Pozos sin mantenimiento o fuera de operación, la mitad de la red de agua potable obsoleta, falta de inversión pública, fallas sin corregir en el acueducto y la falta de coordinación institucional entre dependencias, son algunos de los factores que han contribuido en las deficiencias del servicio que han dejado a cientos de hogares sin el líquido.

Para la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) de Ciudad Juárez, organismo operador del servicio, el diagnóstico es simple: los problemas están “tronando” por todo lo que no se ha hecho y ahora, además, “les ganó el calor”.

“El diagnóstico es que necesitamos mucha inversión”, asegura el presidente de la JMAS, Jorge Domínguez Cortés.

“Por eso nosotros peleamos la inversión, el año pasado ni siquiera se manejaron 40 millones de pesos, ahorita nosotros le estamos tirando a invertir 311 este año en pozos, colectores, válvulas, en lo que se pueda, porque todo esto es lo que no se ha hecho, por eso nos están tronando los problemas”, agrega.

Las condiciones generales del sistema de agua potable en la ciudad quedan expuestas con los datos oficiales difundidos o proporcionados por el organismo descentralizado del Gobierno del Estado.

Tan sólo en materia de inversiones propias la JMAS registra una tendencia a la baja en el presupuesto anual de los ejercicios fiscales que van de 2007 a 2016, período en el que redujo el gasto a la mitad en términos porcentuales.

En esa década el gasto en inversión pasó de 221.8 millones de pesos, que representaban el 21 por ciento del presupuesto de egresos de 2007 (que ascendía a mil 79 millones de pesos), a 167.8 millones que equivalieron al 10 por ciento del presupuesto para 2016 (mil 672 millones).

Aunque, en realidad, la mayoría de los recursos destinados a la partida identificada como inversiones propias en el presupuesto anual de egresos corresponden a pasivos para cubrir el pago correspondiente a las plantas tratadoras y del acueducto Conejos-Médanos.

“Lo que cada año se ha contabilizado como inversión es un pasivo que se está pagando sobre cosas ya existentes y a eso no se le llama inversión porque en realidad es un compromiso, por eso digo que el año pasado la inversión no excedió de los 40 millones, porque no se hicieron cosas nuevas, esa es la diferencia”, advierte Domínguez Cortés.

Por ello, añade, este año se busca revertir la tendencia a la baja en inversión y de los mil 900 millones de pesos del presupuesto invertir un 16 por ciento, que equivale a los 311 millones.

Carencias en infraestructura

Aunado a la insuficiente inversión para obras hidráulicas, la infraestructura básica para el suministro de agua potable en el municipio genera una cadena de carencias.

Por ejemplo, de los 180 pozos que hay en la ciudad 70 no han recibido mantenimiento desde hace tres años, 18 están fuera de operación porque están fuera de la norma de calidad y otros cinco estaban sin funcionar porque se encontraban en reparación.

Mientras que la mitad de la red de distribución agua potable que tiene una extensión de unos 4 mil 300 kilómetros de tubería requiere ser remplazada, porque en varios sectores todavía hay instalaciones de asbesto y fierro con una antigüedad superior a los 60 años.

“En lo que es la tubería, hasta que se hace una reparación grande se cambia. Por ejemplo, en una avenida que se va a pavimentar no se puede dejar esa infraestructura, hasta en ese caso se hace reparación o se renueva prácticamente la tubería, de otra manera se espera hasta que truene”, explica el presidente.

El director Técnico de la Junta, Manuel Herrera Mercado, detalla que la red de distribución de agua potable no sólo están dañadas las tuberías, sino las piezas especiales para la eficiente operación de la misma, como las válvulas, las silletas y la tornillería, que están corroídas.

A estas deficiencias se suman las fallas en el acueducto Conejos-Médanos, obra hidráulica más cotosa que se ha realizado en los últimos años en la ciudad con la finalidad de dotar de agua potable al municipio, principalmente a unos  45 mil usuarios del norponiente, donde mayor rezago y problemas hay con el servicio.

Las fallas presentadas en un tramo de 3.7 kilómetros en las líneas de conducción que se localizan justo en las orillas de la ciudad han causado no sólo que se reciba una menor cantidad de agua a la cantidad que se tenía convenida, sino que han puesto en riesgo a los habitantes de ese sector por las fugas del líquido a una alta presión.

Por ello, la JMAS determinó reducir hasta un 10 por ciento el volumen de agua que se distribuye a través del nuevo acueducto construido y concesionado a la empresa Carso Infraestructura y Construcción (CICSA), propiedad de Carlos Slim Helú; lo que también se ha traducido en un gasto millonario para abastecer a los principales beneficiarios del líquido.

Pese a que la situación se encuentra plenamente identificada desde hace seis años y que en la Actualización del Plan Maestro para el Mejoramiento de los Servicios de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento en Juárez se establece como una acción prioritaria a corregir a corto plazo por las “fugas peligrosas en la tubería de interconexión”, la obra sigue subutilizada. En la cartera de proyectos necesarios para mejorar el servicio de agua potable ocupa el primer lugar de las acciones a realizar con “estudio, proyecto y obras para corregir falla en interconexión de acueducto Conejos-Médanos con  los tanques de distribución de la zona alta, incluye monitoreo y control automatizado”.

El costo estimado de la obra a realizar en un período de un año es de 10 millones de pesos y servirá para prevenir los “daños directos a familias cercanas al sitio, y se dará confiabilidad al control y al suministro de estas líneas”, determina el Plan.

Otros de los beneficios que se identifican son el “ahorro en reparaciones, indemnizaciones, así como de costos políticos y sociales”.

El documento que proyecta acciones y programas de inversión a realizar en un período de 20 años, de 2013 a 2033, para abatir los rezagos, identifica 33 acciones y obras necesarias a ejecutarse en corto, mediano y largo plazo con una inversión de 4 mil 631 millones de peso tan sólo para mejorar el sistema de agua potable.

Del total de la inversión propuesta para la distribución de agua potable se planeaba realizar una inversión de mil 480 millones de pesos para las acciones de corto plazo, pero hasta el 2016 apenas se habían invertido 795.8 millones, lo que representa prácticamente la mitad de lo planteado en el Plan Maestro. Para las acciones a mediano plazo que van de 2018 a 2013 se propone invertir 592 millones de pesos y las de largo plazo, hasta el 2033, dos mil 559 millones de pesos.

A las acciones, obras e inversiones millonarias que se requieren para abatir el rezago y mejorar la eficiencia del sistema de agua potable en Juárez, se suma la falta de coordinación institucional entre la JMAS y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), esta última encargada de proveer el servicio de energía eléctrica, que es básico para la operación del sistema de agua potable.

A diferencia de otros años en que ambas dependencias se coordinan durante el invierno para encarar de manera conjunta el aumento en la demanda de agua y electricidad para enfrentar el calor, al menos para esta temporada no hubo tal trabajo de manera conjunta.

Aunque Manuel Herrera asegura que entre la JMAS y la CFE existe buena relación y atención inmediata a los problemas que se presentan, lo cierto es que en esta ocasión no hubo la reunión de coordinación para encarar el temporal.

Herrera explica que esto se debió en parte a que en la CFE hubo cambio en el personal y apenas en junio, cuando detonó la crisis por el desabasto de agua y apagones de electricidad, conocieron al nuevo superintendente.

“Estas reuniones las hacemos cada año en tiempo de invierno para prepararnos de manera conjunta y evitar los problemas en el verano, ya nos ha dado resultados, pero en 2016 no lo hicimos y ahorita ya vamos a ver los puntos de falla para coordinarnos en ellos”, dice.

Dichas reuniones sirven para planear revisiones de manera conjunta en las instalaciones del sistema de agua potable y electricidad para identificar y corregir las fallas más comunes, que este verano han impactado a miles de usuarios en distintos puntos de la ciudad

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