Calidad en cloración de agua, por debajo de la media nacional

18 febrero 2008

Fuente: Milenio.com, 18 de febrero de 2008

El 20% de la población en el estado no tiene acceso a sistemas de agua entubada, misma que tiene un nivel de calidad menor a la media nacional, quienes no acceden a esta se surten de diversas fuentes como ríos, pozos, arroyos y apoyos oficiales como pipas con los riesgos que ello implica.

 

Cd. Victoria, Tam.- La marginación y pobreza en la que viven un porcentaje de los tamaulipecos tiene distintos rostros.

“Desnutrición aguda, analfabetismo, falta de servicios públicos básicos, viviendas sin condiciones mínimas de higiene, aislamiento geográfico, bajas remuneraciones, cientos de familias con ingresos por debajo de los mínimos requeridos para satisfacer sus necesidades fundamentales”, según revela un estudio de la delegación estatal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol). Una de las diversas manifestaciones que presenta esta realidad es la de la carencia de servicios básicos. Tal es el caso, primordial, del agua potable.

La Comisión Nacional del Agua (CNA) registra una cobertura de 80 por ciento en Tamaulipas, es decir poco menos de una cuarta parte de la población en el estado no tiene acceso a sistemas de agua entubada, surtiéndose de diversas fuentes como ríos, pozos, arroyos y apoyos oficiales como pipas con los riesgos que ello implica.

El no contar con acceso a servicios que garanticen la dotación del vital líquido en condiciones óptimas, expone a este sector a padecer Enfermedades Diarreicas Agudas (EDA) como la fiebre tifoidea, paratifoidea, salmonelosis o amibiasis intestinal.

Aunque los índices de incidencia han disminuido en los últimos años, el peligro de contraer un padecimiento de este tipo e incluso llegar a morir es alto, principalmente en la población infantil.

Cifras de la Secretaría de Salud estatal ubican a las enfermedades infecciosas intestinales como la cuarta causa de mortalidad de infantes, debido a ello Tamaulipas fue ubicado como uno de los estados de más alta prioridad dentro del Programa de Atención a la Infancia en el 2001.

En ese sentido, la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris, dependiente de la Secretaría de Salud federal), advierte que más de 17 millones de personas en el país están expuestas a las EDA por la falta de cloración del agua.

A pesar de los programas implementados en la entidad, para atender a la población que no cuenta con servicios formales de distribución y que requiere de agua con calidad bacteriológica para su consumo, autoridades de diversos rubros reconocen que el problema es serio, ya que un alto porcentaje de habitantes vive bajo la sombra de las EDA por la dificultad para hacerles llegar los apoyos ante la carencia de recursos suficientes y por las complicaciones que representa el acceso a sus comunidades.

A lo anterior hay que añadirle un fenómeno vinculado con el maltrato al medio ambiente. La voraz deforestación de bosques y selvas genera que las precipitaciones arrastren materiales orgánicos que están incrementando la acidez del agua, condición que favorece la reproducción de una mayor cantidad de bacterias y, por ende, mayor propensión a contraer enfermedades.

POBRES Y ENFERMOS

De acuerdo a números de la Cofepris, en la entidad alrededor de dos millones 660 mil personas tienen acceso a sistemas formales de abastecimiento en el estado. Según estos datos, la entidad alcanza una eficiencia en cloración de 89 por ciento, por debajo de la media nacional, que se ubica en 94.6.

En ese sentido las autoridades sanitarias tamaulipecas reconocen que están en riesgo frente a las enfermedades gastrointestinales, cerca de 120 mil personas se encuentran en esta circunstancia.

Para la Sedesol en Tamaulipas, en el estado hay más de cinco mil localidades con menos de dos mil 500 habitantes.

Entre ellas se distribuye la población más pobre y marginada.

Las comunidades se encuentran dispersas y aisladas en la intrincada geografía estatal.

Este factor incide en la dificultad para hacerles llegar los servicios básicos, entre ellos el del vital líquido. Sus fuentes de abastecimiento son los cuerpos de agua superficiales, pozos y pipas.

Al no contar con sistemas formales de distribución, nada garantiza la calidad del recurso. Para atender a estas comunidades, autoridades de los tres niveles colaboran en diversos programas.

En primer término los municipios, por ser los responsables directos de dotar del servicio a sus habitantes. También la CNA y el Gobierno Estatal a través de la Secretaría de Salud y de la Comisión Estatal del Agua.

Estas instancias participan principalmente en el Programa Agua Limpia. Mediante financiamiento federal y estatal, se destina equipo para desinfección a las poblaciones de más alta marginación.

En conjunto, las autoridades involucradas definen qué poblaciones serán atendidas con base en algunos parámetros como la alta marginalidad y que no tengan acceso a recursos para cloración y desinfección.

Así, se les provee de insumos como cloro en diferentes presentaciones y equipos dosificadores y en algunos casos equipo para monitorear. Parte de la tarea es también la protección de las fuentes de abastecimiento para evitar su contaminación. Hay otra estrategia: El Programa para la Sustentabilidad de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado en el medio Rural, de mayor alcance.

A través de una inversión por partes iguales entre Federación y estados, se elaboran proyectos para la construcción de sistemas de agua potable en localidades menores a los dos mil 500 habitantes. Existen otros instrumentos destinados a las ciudades con infraestructura ya instalada, pero que también contemplan, en menor grado, apoyos para las comunidades marginadas.

NO LLEGA LA AYUDA

Aunque la incidencia de EDA es multifactorial, al menos el 90 por ciento de los casos se relaciona con el agua, señala Luis Fernando Garza Frausto, titular de la Dirección de Prevención y Protección de la Salud.

Por ello, a través de sus diversos programas realizan acciones para prevenir las enfermedades, inclusive, hace un par de años el país fue declarado libre de cólera, subraya.

El funcionario destaca que la institución de salud monitorea el cloro residual en todos los sistemas de abastecimiento más de dos mil 100 en el estado para verificar la eficaz desinfección del agua.

A pesar de ello, admite que hay algunos sistemas que con las frecuentes lluvias pierden efectividad en el proceso.

Tras mostrar cierta extrañeza por las cifras de Cofepris, el funcionario argumenta que una causa de que la entidad se encuentre por debajo de la media nacional en eficiencia de cloración puede ser la presencia de nuevos municipios “donde apenas se están destinando recursos (a la desinfección).

En otros sistemas apenas están reiniciando el proceso”. “Es responsabilidad de los ayuntamientos clorar y suministrar agua de calidad a la población, mientras que la Secretaría de Salud se encarga de vigilar el proceso.

De encontrar alguna anomalía durante el monitoreo, se le informa al organismo operador; posteriormente proceden visitas de verificación y de persistir las irregularidades pueden iniciarse procesos jurídico ñ administrativos”, explicó.

Asimismo, se llevan a cabo visitas coordinadas con la CNA para asesorar a las autoridades municipales en torno a su responsabilidad en cuanto a la cloración.

RIESGO LATENTE

El porcentaje de población expuesta a padecer enfermedades gastrointestinales derivadas del consumo de agua no clorada es alto, afirma Florencio Bringas Martínez, gerente de la Comisión Municipal de Agua y Potable y Alcantarillado (Comapa).

“Hay sectores en extrema pobreza que habitan en las comunidades de mayor marginación que no tienen siquiera acceso a los programas emergentes de apoyo y la CNA. Definitivamente están en un peligro muy fuerte si es que no tienen cuidado con el agua que consumen”, comentó Alberto Domínguez Rodríguez, médico especialista en epidemiología.

Explica que el cambio en el grado de acidez del agua propicia las condiciones para una mayor reproducción de diversas bacterias. “Aumentan mucho y al haber mayor cantidad de bacterias estamos más propensos a contraer diferentes tipos de problemas gastrointestinales”.

Ante estas circunstancias se hace necesario iniciar una mayor vigilancia del vital líquido para monitorear sus características químicas, porque si se mantienen o incrementan las condiciones de acidez, será necesario invertir mayores recursos para contrarrestar el efecto utilizando productos para alcanzar el agua.

“Y las autoridades no están preparadas para afrontar circunstancias de este tipo”, apuntó. Una manera de revertir la situación es privilegiando el cuidado del entorno natural.

El pago de servicios ambientales representa una opción para fomentar el cuidado de la cubierta vegetal y promover programas de reforestación que pongan freno a la erosión del suelo. La problemática en torno al vital líquido es múltiple.

No sólo abarca su disponibilidad, sino también la calidad con la que llega a la población.

Por ello, diversos sectores hacen énfasis en la necesidad de cobrar conciencia sobre la importancia del recurso para tomar acciones que deriven en su conservación.

”Se trata de una crisis de gestión de los recursos hídricos, esencialmente causada por su utilización inadecuada. Un mal uso de los recursos hídricos durante años ha afectado no sólo la cantidad sino también la calidad del agua”, puntualizó.

Artículos relacionados
Compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

El agua es vida, pero ¿Qué pasa cuando no tenemos acceso agua de calidad?  ¿Sabes a qué enfermedades nos exponemos?   ¿Qué sabes sobre el tema?

¡Pon a prueba tus conocimientos en este tema! ¡Y diviértete!

 Ir a la trivia