El satélite SMOS, nuevo vigía del calentamiento global, entra en su cuenta atrás

15 octubre 2009

15 de octubre de 2009
Fuente: EPA (EFE)

París, 15 oct (EFE).- El satélite franco-español SMOS, que aportará datos claves para comprender el cambio climático a través del estudio de la salinidad de los océanos y de la humedad de la superficie terrestre, fue presentado hoy en París, a escasas semanas de su lanzamiento.

Tras veinte años de desarrollo y más de 300 millones de euros de inversión, el SMOS ha iniciado ya la cuenta atrás para su puesta en órbita, que tendrá lugar el próximo 2 de noviembre desde la base rusa de Plesetsk, cerca de Moscú.

El satélite, que cumplirá con una de las seis misiones de la Agencia Espacial Europea (ESA) de observación de la Tierra, llevará a cabo una doble tarea en sus cinco años de vida útil.

Por un lado, suministrará datos sobre la salinidad de la superficie marina, lo que permitirá a los científicos comprender mejor el ciclo de las corrientes oceánicas como la Corriente del Golfo, que completan un ciclo cada cerca de mil años.

"El océano guarda y transporta, vía las corrientes submarinas, enormes cantidades de calor" y la variación de la salinidad es capaz de desregular dichas corrientes, lo que puede acrecentar el cambio climático, explicó Pierre-Yves Le Traon, del instituto francés dedicado a investigar los mares.

El segundo cometido del SMOS (Soil Moisture and Ocean Salinity) consiste en aportar información sobre la humedad del suelo, con lo que los científicos tendrán más fácil predecir acontecimientos meteorológicos extremos -tales como huracanes y tifones- y entender las variaciones en los ecosistemas.

"La disponibilidad de agua será un componente más importante en los cambios en los ecosistemas que la variación de la temperatura", apuntó Yann Kerr, uno de los responsables franceses de la misión SMOS.

Analizar la cantidad de agua de la superficie ayudará a distintos países a gestionar sus recursos acuíferos y a predecir los riesgos de incendios, las variaciones del clima y la posibilidad de plagas agrícolas, indicaron los responsables del proyecto.

Para ejecutar su tarea, el SMOS se situará a una altitud de 757 kilómetros y medirá la energía de microondas emitidas por la superficie terrestre.

Esas ondas serán captadas por un radiómetro interferométrico con varios receptores que cada tres días generarán una imagen completa del planeta, en términos de salinidad del mar y humedad del suelo.

El satélite representa además un hito en la historia aeroespacial española, ya que es la primera vez que España desarrolla el sistema de un satélite de tal magnitud, explicó a Efe el director de comunicación de CASA Espacio, Francisco Lechón.

Hasta ahora, la aportación española a proyectos de este tipo se había limitado a la entrega de equipos y subsistemas y la misión SMOS supone un salto cualitativo que demuestra que "se toma en serio a la industria espacial española", agregó.

A través del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), España contribuye con unos 60 millones de euros al proyecto y, además de ser responsable de la implementación tecnológica, se encargará de la recolección y procesado de los datos.

Esta etapa se llevará a cabo desde el Centro de Tierra de Villafranca del Castillo, cerca de Madrid, donde los ingenieros transformarán la información enviada por el satélite en datos sobre la salinidad y la humedad inteligibles para los científicos.

La contribución francesa, con un presupuesto de 105 millones de euros, recae sobre el desarrollo del Proteus, la plataforma del satélite (diseñada por la agencia espacial francesa CNES y la empresa aeroespacial Thales), además de las labores de seguimiento del SMOS.

El resto del presupuesto lo completa la ESA, con una aportación de unos 150 millones de euros, inversión que se justifica tanto por las "aplicaciones económicas enormes, como que tantos países estén interesados", señaló Kerr, quien recordó que Estados Unidos y Argentina están ultimando un proyecto similar denominado Aquarius.

La información aportada por el SMOS beneficiará, entre otros, a científicos del campo de la meteorología, agencias de gestión hidráulica, marinos, pescadores y agricultores.

 

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