¡Feliz Día Mundial del Agua!

22 marzo 2011

* El crecimiento económico demandará energía de fuentes tradicionales y novedosas, la generación hidroeléctrica tiene límites físicos en el país

22 de marzo de 2011
Fuente: Excélsior
Nota de Felipe Arreguín*

Hoy, en todo el mundo se conmemora el Día Mundial del Agua con el lema Agua para las ciudades: respondiendo al desafío urbano, hay nuevos estudios, más reflexiones sobre su cuidado, otras proyecciones del futuro del agua en el mundo, más compromisos como los establecidos hace décadas que no han podido ser cumplidos, y desde luego nuevas esperanzas. Planear el futuro no es un ejercicio fácil, el número de variables y la incertidumbre de las mismas hace complejo cualquier modelo que pretenda predecir el futuro. ¿Y México?

En el país existen variables a las que se les puede asociar un buen grado de certeza; por ejemplo, el Consejo Nacional de Población (Conapo), estima que en el año 2030 la población ascenderá a 127 millones de habitantes y a 130 millones en el año 2050.

Una forma simplista de calcular el agua que se requerirá para satisfacer sus necesidades sería multiplicar ese número de personas por la cantidad del líquido que se necesita para producir sus alimentos, la energía para satisfacer sus necesidades y la que consumirán directamente para su supervivencia.

Pero el problema no es tan sencillo, usando datos del Conapo, el grupo de adultos mayores (65 años y más) tendrá el crecimiento más alto en la primera mitad del siglo XXI. Actualmente viven en el país 5.8 millones de personas de esa edad, en 2050 ese grupo poblacional ascenderá a 25.9 millones.

Es claro que el enfoque de planeación tiene que ajustarse a esas realidades, los sistemas de abastecimiento y recolección de aguas residuales que utilizamos actualmente, sobre todo en zonas pobres no responden a esa realidad.

Este envejecimiento tendrá impacto sobre el crecimiento económico, el ahorro, el pago de pensiones y la recaudación de impuestos entre otros, e impactará al sector del agua que tendrá que planear cómo facilitar las prácticas de higiene diaria a personas que les cuesta moverse o están enfermos.

Además, a medida que aumente el número de jubilados habrá mayor presión sobre la información, transparencia y manejo de los sistemas operadores. También se debe analizar la forma en que la población tiende a vivir, actualmente 75% habita en zonas urbanas, ese porcentaje se incrementará, así como los problemas por  la demanda de mayor infraestructura.

La sociedad demandará más alimentos, no sólo en cantidad, probablemente exigirá determinado tipo de productos, que requerirán nuevas concepciones en los sistemas de riego.

Según el doctor Asit Biswas, entre 25 y 50% de las cosechas se pierden entre la parcela y el plato del consumidor; la solución podría no residir en utilizar más agua, sino mejorar los sistemas de transporte, distribución, almacenamiento y consumo de los alimentos.

El crecimiento económico demandará energía de fuentes tradicionales y no tradicionales, la generación hidroeléctrica tiene límites físicos en el país; la generación termoeléctrica, además de una buena cantidad de hidrocarburos exige mucha agua. Debemos decidir si utilizamos agua para producir alimentos o combustibles, y finalmente aunque pareciera el momento menos oportuno para tocar el tema, la generación nucleoeléctrica demandará grandes cantidades de agua para refrigeración.

Existen otras variables con mayor incertidumbre que tienen incidencia directa sobre la planeación del aprovechamiento de los recursos hídricos en México, como el desarrollo económico de la nación, directamente relacionado con el grado de industrialización que tendrá el país y en consecuencia con la cantidad, calidad, y lugares en que requeriremos el agua.

Y desde luego el cambio climático, con manifestaciones claras del impacto en el ciclo hidrológico: más lluvias, más sequías, más huracanes, ¿estamos preparados para ello? El problema del ordenamiento territorial es gigantesco, los asentamientos en zonas de riesgo son muchos, 37 millones de personas están expuestas a los efectos de los ciclones tropicales.

Para atender estos problemas se requiere establecer políticas que garanticen la gobernanza del agua, instituciones fuertes, marcos legales y normativos adecuados, mayor participación de la sociedad en general y de la iniciativa privada en particular, con programas de largo plazo que superen el optimismo desbordado posterior al año 2000, cuando la realidad puso en su lugar a muchas transnacionales que no pudieron cumplir con las expectativas creadas en muchos países en desarrollo; y mucha tecnología.

El avance de las ciencias de la información y de la comunicación han tenido impactos gigantescos en el manejo del agua, la biotecnología  permite cultivos más resistentes a plagas y sequías y el tratamiento de aguas residuales; la desalación de agua es una realidad y se consolidará en la medida en que pueda aprovechar fuentes no convencionales de energía y reduzca el impacto ambiental de la salmuera de desecho.

Los problemas actuales son muchos, predecir el futuro es difícil, sin embargo estamos a tiempo de hacer de una vez por todas una planeación a largo plazo con la participación de todos los mexicanos. Por lo pronto, ¡Feliz Día Mundial del Agua! Y bienvenida la agenda del agua 2030.

*Subdirector general técnico de Conagua

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