La Plata: Tras la tempestad, no llega la calma

04 abril 2013

 

Por eso y porque llovió en un día –el martes- lo mismo que en todo un otoño, la ciudad en la que nació la presidenta de Argentina se convirtió estos días en un enorme estanque. Cuarenta y nueve muertos, más de tres mil evacuados, familias que lo perdieron todo y, todavía, 13.000 vecinos sin luz . Este es el balance provisional que deja la tragedia. También, al menos, veinte desaparecidos.

Juan Sebastián Verón, el futbolista conocido como «La brujita», describió el horror: «había cuerpos flotando». Los vio cuando intentó ayudar, en un bote, a la gente que se ahogaba en sus viviendas, se refugiaba en los tejados o se los llevaba la corriente. «Lo ocurrido demuestra las miserias de la gente», dijo en relación a los políticos. Verón lamentó que lo que se paga de impuestos no vaya a las inversiones que se necesitan pero ,«te corren (presionan) por todos lados para sacarte un mango (dinero)».

Corrupción e ineficiencia son los ingredientes de una tragedia provocada por razones climáticas pero que podría, en buena medida, haber evitado tanta muerte. Mario Hernández, profesor de hidrogeología de la Universidad Nacional de La Plata observa: «es cierto que la lluvia fue extrema pero si se hubiera puesto en marcha un plan de contingencia eficiente habría habido menos muertes» .

Adriana reparte ropa entre la fila de gente que hace cola. «Hay que vestirlos de arriba abajo», comenta. Trabaja para Cruz Roja y los damnificados empiezan a llegar con síntomas de enfriamiento. Las autoridades advierten a la población que procure mantenerse lejos de roedores y se esmere en mantener limpio el espacio. Pero La Plata parece una pequeña Venecia del subdesarrollo. Difícil seguir las instrucciones cuando todavía hay zonas donde al agua llega al cuello y los vecinos siguen en los tejados.

En la Catedral de Buenos Aires, Cáritas organiza la recolección de ayuda. El Papa Francisco envió sus condolencias a las víctimas y pidió reacción a las «instituciones civiles y eclesiales» . Cristina Fernández de Kirchner, con reflejos insólitos, acudió a la zona del desastre. Recordó que sabe «lo que es una inundación porque cuando era chica, tendría 13 años…Entró el agua en nuestra casa, de madrugada» y les dejó incomunicados. Hoy, con los 60 cumplidos y diez en el poder con su difunto marido, todo sigue igual.


4 de abril de 2013

Fuente: ABC.es / Carmen de Carlos

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