Mundo-Desperdicio de alimentos y huella hídrica: el agua que esconde la comida
29 septiembre 2025
29 de septiembre de 2025
Nota de: Fernanda Muraira, estudiante de la Licenciatura en Sustentabilidad Ambiental en la Universidad Iberoamericana
Foto: Canva
Puede que, cuando te sobra comida o descubres que un producto caducó, no lo pienses demasiado antes de tirarlo. A nivel individual quizá no parezca alarmante, pero si sumamos todo lo que se desperdicia desde la producción hasta el consumo, el panorama cambia. El desperdicio de alimentos no solo impacta en la pobreza y el hambre, también contribuye al cambio climático y al uso excesivo de los recursos naturales. Por eso, vale la pena detenernos a reflexionar sobre esta problemática y su vínculo con la huella hídrica.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) el desperdicio de alimentos hace referencia a la disminución de la calidad o la cantidad de la comida y sus partes no-comestibles como resultado de las acciones y decisiones de los comerciantes, proveedores de servicios de alimentos y los consumidores[1]. El desperdicio crea pérdidas en la eficiencia en el uso del suelo y pérdidas en la gestión de recursos hídricos. Vale la pena resaltar que el desperdicio de alimentos forma parte de un proceso mayor, el cual es la pérdida de alimentos. La pérdida de alimentos hace referencia a la disminución de masa de alimentos comestibles para consumo humano en las etapas de producción, poscosecha y procesamiento de la cadena de suministro de alimentos [2].
En 2024, el desperdicio de alimentos representó pérdidas de más de un (1) billón de dólares al año[3]. Además, entre el 8-10% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) totales provienen de manera directa del desperdicio de alimentos. Por su parte, se utiliza el 30% de la extensión territorial disponible en el mundo para la producción de comida, y el cambio de uso de suelo para tierras agrícolas es la principal presión para los ecosistemas. Lo anterior representa una falla en materia ambiental[4]. Si lo anterior no es preocupante por si solo, tenemos que recordar que el desperdicio de alimentos se da en un contexto en el cual no todas las personas tienen acceso a alimentos. A nivel mundial, alrededor de 783 millones de personas sufren de hambre y 150 millones de infancias debajo de los 5 años ven su crecimiento y desarrollo afectado por una falta crónica de nutrientes esenciales en sus dietas[5].
A nivel mundial, en 2022, el 60% del desperdicio de alimentos se dio en los hogares, 12% en el comercio minorista y 28% de los servicios de alimentos[7]. En América del Norte, región a la que pertenece México, las pérdidas por desperdicio de alimento per cápita representan aproximadamente 295 kg/año. 115 kg/año se dan por parte de los consumidores y los restantes 180 kg/año se generan en la producción para el comercio minorista[8].
Por su parte, la huella hídrica es un indicador tanto del volumen como del origen del agua para producir algo determinado[9]. Existen tres tipos de huella hídrica: la huella hídrica azul (agua superficial y subterránea), la huella hídrica verde (agua de lluvia) y la huella hídrica gris (agua contaminada). La huella hídrica de los alimentos hace referencia al origen o volumen del agua utilizada en toda la cadena de suministro, desde su producción hasta el consumo final. La huella hídrica del desperdicio de alimentos, a su vez, hace referencia al volumen y origen del agua utilizada dentro de los procesos de comercio, venta minorista y consumo final.
En 2007, se calculó que la huella hídrica azul a nivel mundial asociada al desperdicio de alimentos fue de 250 kilómetros cúbicos[10]. Si consideramos que el consumo doméstico para cubrir necesidades básicas es de 100 litros/día, la huella hídrica azul del desperdicio de alimentos es suficiente para cubrir las necesidades de 7 mil millones de personas durante casi un año. Sin embargo, hay que tomar en consideración que esta cifra no incluye la totalidad de la huella hídrica, pues le hacen falta los cálculos de la huella gris y la huella verde. Si se considerara la totalidad de la huella hídrica, es posible que la cifra sea un número mucho mayor.
Entonces, reducir el desperdicio de alimentos no solo contribuye a la menor generación de residuos que terminan en vertederos ni a la disminución de la generación de GEI, sino que también es una herramienta útil para disminuir nuestra huella hídrica.
Considerando que el 60% del los alimentos que se desperdician es por parte de los comsumidores, te compartimos algunas acciones útiles para luchar contra esta este desperdicio:
- Planeación de comidas semanales
- Tener muy en cuenta el registro de las fechas de caducidad de los alimentos
- Congelar frutas y verduras para aumentar su vida útil. Esto hazlo después de lavarlas y desinfectarlas
- Utilizar sobras de platillos en la preparación de otros platillos
- Hacer composta. Cuando lo inevitable sea tirar los alimentos, lo mejor que podemos hacer es generar materia fértil para el suelo. Hay distintos tipos de composta, inclusive existen los composteros eléctricos que pueden ser útiles en espacios que no cuenten con jardín.
En cuanto a acciones relacionadas con comerciantes y la venta minorista, como consumidores se puede optar por apoyar pequeños negocios que se dediquen al rescate de alimentos que no cumplen con el estándar estético para los grandes supermercados. También, se puede practicar la compra consciente, o dicho de otra manera, solo comprar lo que con seguridad se sabe que se va a consumir. Que este Día Internacional de la Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos se convierta en un punto de partida para contribuir a un ecosistema de acciones para salvaguardar nuestros alimentos y a la vez nuestra agua.
Referencias:
[1] FAO. (2025). Technical Platform on the Measurement and Reduction of Food Loss and Waste (TPFLW).
[2] FAO y SIK. (2012). Pérdidas y Desperdicio de Alimentos en el Mundo.
[3] UNEP. (2024). Think Eat Save. Tracking Progress to Halve Global Food Waste.
[4] UNEP. (2024). Think Eat Save. Tracking Progress to Halve Global Food Waste.
[5] UNEP. (2024). Think Eat Save. Tracking Progress to Halve Global Food Waste.
[6] UNEP. (2024). Think Eat Save. Tracking Progress to Halve Global Food Waste.
[7] UNEP. (27 de marzo de 2024). World Squanders over 1 billion meals a day.
[8] FAO y SIK. (2012). Pérdidas y Desperdicio de Alimentos en el Mundo.
[9] Instituto Mexicano de Tecnología del Agua. (20 de julio de 2019). Huella Hídrica.
[10] FAO. (2013). Huella de despilfarro de alimentos.
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