Los habitantes de Nikopol, una ciudad cercana a Zaporizhzhia, arriesgan la vida para encontrar agua. El suministro está cortado desde hace varios días tras la destrucción de la presa de Kajovka.
Conseguir agua se ha convertido en un riesgo debido a que los camiones cisterna son objetivo de las fuerzas rusas.
En el lado del río controlado por Ucrania, el agua es esencial para el día a día. Por otro lado, el embalse de Kajovka es necesario para refrigerar los reactores nucleares de la central de Zaporiyia, en territorio controlado por Rusia. Los habitantes de la zona temen una catástrofe mayor si la central no se gestiona bien.