El capitalismo en nuestro tiempo se muestra aún más dependiente del petróleo. Si en el pasado el imperialismo puso en marcha la maquinaria belicista para controlar los pozos petroleros, los oleoductos y gasoductos, hoy continúan esa inversión de recursos en propiciar conflictos, pero se añaden otros peligros. La voracidad del sistema de explotación capitalista por obtener petróleo se demuestra en las salvajes y nefastas técnicas de extracción del petróleo de esquisto.
Viven 748 millones de personas sin agua potable
36 millones de personas en América Latina, y 748 personas en todo el mundo se enfrentan a la escasez diaria del agua.

