Los ríos no saben su nombre
Con una inmisericorde periodicidad, se suceden los episodios de grandes tormentas que provocan importantes precipitaciones sobre pequeñas cuencas en un reducido período de tiempo, teniendo como consecuencia terribles crecidas que arrasan tierras y bienes y siegan vidas humanas. En las grandes cuencas, las pérdidas materiales ocasionadas por períodos prolongados de precipitación en época de deshielo, como ahora ocurre en nuestras principales demarcaciones hidrográficas, son también elevadas, aunque la regulación mitiga bastante el riesgo extremo, aunque los comunicadores de las administraciones hidráulicas no incidan más en este hecho, en la importancia de la laminación, para generar la confianza que en ellas se necesita. Tan fácil y tan difícil…

