Privatizando Puebla: Los señores del agua y la pesadilla que viene

28 enero 2014

 

Estas redes de sociabilidad permitieron en la década de 1990 el desembarco-asalto de varias multinacionales españolas en varios países del cono sur. Aunque algunos de esos gigantes que se quedaron con la mejor tajada de las privatizaciones ya no son estrictamente de capital español (La compañía eléctrica Endesa,controladora de varias subsidiarias en Argentina o Perú, pasó en 2007 a manos italianas) los equipos directivos encargados de los negocios americanos siguen siendo españoles.

El know-how o la agenda de relaciones, coyotaje y favores establecida  por estos altos funcionarios del cártel español –los gerentes que hicieron la reconquista- redunda en el hecho que América Latina sigue siendo, de facto, coto privado de la burguesía española cuyos gerentes, directivos y socios han tejido por más de veinte años una sólida intimidad social con sus pares latinoamericanos. Aprendiendo mucho en el camino. Por un lado, descubrieron las claves de todo buen negociante: contratar para sus operaciones de envergadura a destacados miembros de la clase patricia local.

México ofrece ejemplos paradigmáticos de esta reconocida técnica. Quien fuera titular de la Secretaría de Patrimonio y Fomento Industrial en tiempos de López Portillo, José Andrés de Oteyza, se convirtió en timonel  de OHL México, el tecnócrata itamita y ex jefe de la hacienda nacional, Francisco Gil Díaz, pasó a dirigir la filial azteca de Telefónica Movistar mientras que Luis Robles Miaja, abogado confidente de José Madariaga Lomelín, banquero predilecto de Salinas de Gortari, terminó como indiscutible jefe mayor de BBVA Bancomer.

Este primer círculo del sistema de colusión orgánica llamado Estado mexicano se forma con personal político especializado, es decir abogados y ex funcionarios públicos nacionales. Siendo, por un lado, sectores regulados por organismos autónomos (caso de telecomunicaciones o banca) o vinculados a contratos y concesiones de gobiernos -locales, estatales o nacional- se requieren operadores del más alto nivel que conozcan al dedillo las élites que controlan los presupuestos públicos. Las puertas giratorias entre el Estado y las corporaciones son el vehículo usado por la mayoría de corporaciones para garantizar la sumisión de la cosa pública a los intereses especiales.

El caso español con la completa inserción de ex ministros y ex presidentes en la nómina del sector energético se repite, luego, en la expansión latinoamericana. No es nada nuevo ni original. Así funciona Estados Unidos o Alemania. El capitalismo de cuates no es invención ibérica. Solo que la tradición del compadreo existe desde muchos antes que naciera algo las colonias inglesas de América del Norte.

 

España o la colusión perfecta: fusión total entre estado y sector privado.

 

Pero existen otras formas de coyotaje, igualmente usadas a gran escala. Encontrar un alcalde,  gobernador o presidente amigo para establecer puentes comerciales no es complicado, sobretodo cuando una mayoría de políticos concibe la gestión pública como una forma de latrocinio. Así como los grandes empresarios hispano-mexicanos tienen línea directa con Los Pinos y pueden gestionar una entrevista con el presidente en turno solo levantando el teléfono -tal cual hace el antiguo dueño de Grupo Modelo, el asturmexicano Valentín Díez Morodo-, intermediario natural de presidentes autonómicos españoles- lo mismo aplica para otras empresas extranjeras. Y aquí es donde llega Aguas de Barcelona, empresa subsidiaria del gigante francés Suez, donde el grupo financiero catalán CaixaBank, socio minoritario con el 24 %, mantiene la gestión mientras París controla el 76% del capital .

Así lo señalaba  en El cártel español:

“A estas alturas del siglo XXI, con más poder pero siempre como secundarios de lujo, sentados ya en el corazón de los negocios europeos, los hombres de “la Caixa”, formados bajo la tutela de José Vilarassau, alto funcionario del franquismo como director general del Tesoro en el Ministerio de Hacienda, tienen la función que siempre han tenido en el gran juego del imperialismo económico: hacer la guerra corporativa del capitalismo europeo en América Latina abriendo mercados locales e imponiendo tarifas abusivas a clientes cautivos para mayor gloria de la casa-madre y sus retribuciones de consejeros locales o del consejo-madre de París. Feliz alianza estratégica de peces grandes y medianos que definió con cruda simplicidad el presidente de Suez Environnement, Jean-Louis Chaussade, refiriéndose, claro está, a Iberoamérica:«Este continente se lo dejamos a AGBAR. Ellos tienen un idioma y una cultura más apropiados».

 

Monopolio de las aguas y capitalismo rentitsta: la larga historia de Aguas de Barcelona.

 

Para entender la madeja de intereses que aglutina este poderoso grupo financiero, acusado de rentista por su devoción a las concesiones de servicios públicas, conviene refrescar este informe de La Marea. Deja en claro que el socio menor de Suez Environnement forma alianza, histórica y total, con la matriz parisina: “Agbar está totalmente blindada por La Caixa y Suez” dijo en 2006 el presidente de la compañía, y hombre de Caixabank, Ángel Simón. La pelea que está dando la dirección de Caixabank por el control de Aguas de Valencia demuestra que los catalanes no están fuera de este turbio negocio del ahua privatizada sino que atrincheran en sus lucrativas posiciones esperando el día que puedan recomprar a Suez la joya de la corona, es decir Grupo Agbar. No hay, por tanto, querella entre el gran hermano y el pequeño.

Suez Environnment nació en 2008 tras desgajarse de la matriz obligada por la fusión entre la privatizada Gas de France y Suez, una compañía que,  tal y como indica su nombre, remite a los fundadores del capitalismo europeo, las dinastías holandesas, belgas y francesas que construyeron a partir el siglo XIX las instituciones primarias del capital: desde poderosos bancos -Société Générale- a las mayores obras públicas del sistema colonial -el canal de Suez- o la primera concesionaria de aguas del mundo -la  Societé Lyonnaise des Eaux et de l’Eclairage- que en 1880 se lanzó a la conquista de mercados emergentes empezando por Barcelona, punta de lanza de una oleada de nuevos negocios al calor de los sistemas de agua potable, la energía eléctrica y los tranvías y  trenes subterráneos que modernizaron las ciudades occidentales abriendo el verdadero negocio -masivo y cautivo- de los monopolios naturales que cobraron inusitada fuerza a inicios del siglo XX.

El control privado de los comunes, desde el agua y el gas a la electricidad pasando por los hidrocarburos o los metales preciosos ha sido la fuente de acumulación primaria de los grandes capitales. El rentismo y el extractivismo son el motor más longevo del capitalismo. Y el líquido vital ha sido, desde principios del siglo XIX, un valioso activo en el juego del mercado. Poco ha cambiado a día de hoy.

 

El monopolio natural de las aguas de Barcelona: dos siglos de control privado.

 

Pesadilla que conocen desde hace 133 años los ciudadanos de Barcelona: observando la Torre Agbar (finalmente vendida a un grupo hotelero internacional) pueden recordar quien dirige sus destinos en democracia o en dictadura, en el siglo XIX o en el siglo XXI. Una empresa nacida en 1881 bajo patrocinio francés que quedó en manos de la clase patricia local en base a una concesión tan antigua que un juez dictaminó en 2011 la invalidez de sus recibos al no hallar pruebas de contratos de suministro a municipio alguno.

Laguna jurídica que los partidos políticos catalanes arreglaron en noviembre del 2012 creando  una nueva sociedad mixta (85 % AGBAR y 15 % pública) para toda el área metropolitana de Barcelona. Espacio protegido de la burguesía catalana, cuyo núcleo rector se halla en La Caixa, que estableció una fluida relación transnacional con París. Razón por la cual el staff de Aguas de Barcelona  es autoridad competente para América Latina según recuerda,  en todo momento, el presidente de la compañía Jean-Louis Chaussade. Así, el presidente de la compañía catalana, Ángel Simón, autor del único éxito relevante de Agbar -la concesión y operación de Aguas Andinas en Chile en 1999 que le dio el control de Santiago de Chile-  terminó catapultado a la dirección general adjunta de Suez Enviornnement, que, recordemos de nuevo, es la sociedad controlada por GDF-Suez para asuntos de aguas, depuración y tratamiento de residuos sólidos.

 

Saltillo: el primer experimento de Agbar en México.

 

Por ello resulta natural que los empleados dependientes de Aguas de Barcelona  se encargaran de propagar las privatizaciones, las concesiones o las sociedades mixtas por toda América Latina generando un rosario de inconformidades, abusos y aumentos discrecionales de tarifa que en el caso argentino terminó en 2006 con la rescisión de contratos en Buenos Aires y Santa Fe.  No fue así en el caso mexicano cuyo blasón de infamia se ubica en Coahuila. Desde 2001, Saltillo, capital de este estado norteño, vive bajo el terror empresarial gracias a la creación de Aguas de Saltillo, o Agsal, la primera sociedad mixta para la prestación de servicios de aguas habida en México que empezó a operar en octubre del 2001 gracias a la cooperación voluntaria del alcalde priísta Óscar Pimentel, cuya carrera política es la perfecta demostración de los alcances de la colusión. Convertido en abierto cabildero de la empresa española, usó sus cargos públicos para promover los intereses de Agbar. Carrera ascendente que terminó con premio mayor, o un hueso en la Conagua, a principios de este sexenio.

 

 

 

Así lo recuerda uno de los opositores a la privatización encubierta del líquido vital, Rodolfo Garza:

 

Poca gente lo sabe, pero nosotros lo hemos dicho; también en Saltillo dejaron caer el sistema un año antes de la llegada de los españoles. Gente de Aguas de Barcelona llegó aquí un año antes, y estuvieron cabildeando y negociando con Pimentel. Estaba tan mal el sistema que pidió ayuda a la Comisión Nacional del Agua, y le dieron 80 millones. Dejaron caer el sistema, consiguieron dinero, se lo inyecta al sistema, y luego se lo entregaron a los españoles, con la inversión recién hecha. En Ramos [Arizpe] ya dejaron caer el sistema, perforaron varios pozos e inyectaron dinero, ahora sí se lo van a entregar a Agsal. Alguna autoridad se beneficia al hacer estas transacciones de traición a los ciudadanos.

 

La labor de investigación y denuncia emprendida por la  Asociación de Usuarios de Aguas de Saltillo ha llegado a muchos medios nacionales, pese a los esfuerzos de Interagbar, la sociedad-pantalla de Suez en México, por silenciarlos. Papers académicos, informes especializados  o  reportajes en profundidad señalan un mismo patrón: tarifas excesivas, abuso de poder y desaparición de todo control público sobre el sistema de aguas de Saltillo. El corolario de esta política se siente en las espaldas de las clases populares cuyos recibos se vuelven impagables. El primer gerente de Agsal, el brasileño Rogerio Koehn, curtido en Unión Fenosa,  tuvo que ser trasladado a España tras extralimitarse en sus maniobras contables y en su trato despótico.

 

El gobernador Ruben Moreira, Óscar Pimentel y César Gutiérrez, junto al presidente de Agbar y el director de Aqualogy. Barcelona, 24de octubre del 2012.

 

Su merecida fama de ejecutor lo llevó a promover, como director territorial de Andalucía Oriental,  una caza de brujas contra sindicalistas en otra empresa mixta controlada por Aguas de Barcelona,  la malageña Aquagest.  Fue en 2011 y terminó, de nuevo, boletinado a Canarias donde el imperio Agbar tiene otras concesiones municipales. Un más discreto gerente, el catalán Josep María Tura, se encarga desde 2009 que la clase política coahuilense respete el irrestricto poder de Aguas de Saltillo. Se puede decir que lo ha conseguido.

 

Siguiente asalto: Puebla.

 

En la última semana de enero se sabrá el ganador de la concesión del Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (SOAPAP) para los próximos treinta años: Aguas de México, Empresas Públicas de Medellín, Metroagua S.A. E.S.P. –también de origen colombiano– y Aguas de Barcelona son las cuatro empresas que se disputan tan preciado pastel. La rumorología poblana apuesta al caballo catalán, y esta vox populi llegó a personificarse. El dirigente de MORENA en Puebla René Sánchez Galindo lo dijo, sin rodeos, el 8 de enero del 2014.

 

El proceso de licitación es para seleccionar a la empresa Aguas de México o a Aguas de Saltillo, no tenemos información formal filial, desde septiembre de 2012, Jorge Gómez Saro, Martín Escobar y Gustavo Gaytán del SOAPAP, se trasladaron a Saltillo Coahuila, donde en ese u otros encuentros habrían pactado la privatización de los servicios de agua potable y alcantarillado con la empresa Aguas de Saltillo, filial de Barcelona y quien recientemente fue expulsada del municipio de Ramos Arizpe.

 

El intenso cabildeo de estos últimos meses no es asunto exclusivo de Agbar. Todos los posibles concesionarios han desplazado sus mejores ejecutivos a  la Ciudad de Los Ángeles. Finalmente,  todas las compañías invitadas a la licitación conocen el gran show de las concesiones. Gana el que mejor cabildea y en buen mexicano eso se traduce por la compañía que sepa incentivar a los responsables de tomar la decisión final. Un hilo nada complejo que termina en el gobernador constitucional del estado de Puebla, Rafael Moreno Valle. La última mano de este poker corporativo depende, pues, del jefe del ejecutivo poblano.

 

Liquidación y venta de SOAPAP: negocio privado y colapso público.

 

Pero lo único seguro es que gane quien gane, perderán los habitantes de la zona metropolitana de Puebla. 2.7 millones de habitantes que enfrentarán la siguiente hoja de ruta, explicada con singular detalle por el periodista Fermín Alejandro García:

 

La empresa que gane la licitación tendrá que asumir 3 mil millones de pesos de adeudos del Soapap y a su vez pagar el costo de la infraestructura del servicio de agua potable al gobierno del estado. Tal condición seguramente implicará un aumento del monto de las tarifas y una extrema rudeza con aquellos usuarios que se atrasen en la erogación del pago del servicio.

Esto hace sospechar que en realidad lo que busca el gobierno de Moreno Valle es tener altos ingresos económicos –no fiscalizables en su gasto– por la venta del Soapap, bajo la engañosa versión de que ello va a mejorar el servicio de agua potable.

Pareciera que en realidad se busca fortalecer el gasto en torno a la figura del gobernador, sin importar el costo que tendrán que pagar los usuarios del Soapap.

 

Los trabajadores del Sistema Operador de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Puebla (SOAPAP) se encuentran ante un incierto destino mientras la doctrina privatizadora avanza a pasos acelerados en todo el país. Aguas de Barcelona, histórico puntal de la alianza empresarial París-Barcelona, quiere poner una pica en Puebla. Si lo consigue se hará realidad la tenebrosa frase de Rogerio Koehn: “Si Dios quiere estaremos 20 años más, y si es posible otros 50 años”.

El agua, convertida en activo financiero, cierra el círculo de las pesadillas futuristas. Un lugar donde comer, beber y hasta respirar solo será posible en efectivo o con tarjeta. Por algo Elysium -anticipación de una tierra superpoblada y abandonada por los  ricos que huyen de una terminal  crisis ecológica- se rodó en México. Nosotros ya casi estamos en el siglo XXII.


28 de enero de 2014
Fuente: La Jornada de Oriente

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