Revenden piperos entre la población más pobre el agua que JMAS les regala

22 junio 2009

Fuente: El Diario, Cd Juárez

Horacio Carrasco Soto
El Diario

El agua potable que se provee a miles de familias a través de pipas nunca ha tenido precio oficial –aunque así lo establece la Ley de Transporte y sus Vías de Comunicación– por una razón tan simple como absurda: nadie lo ha fijado, de modo que los ciudadanos no tienen más opción que pagar lo que les cobren los abastecedores.

Así, los transportistas de tres organizaciones priístas (CNOP, CTM y Movimiento Territorial del PRI), que tienen la concesión para prestar ese servicio, venden a 50 pesos el metro cúbico de agua que la JMAS les provee gratuitamente cuando en la ciudad cuesta a 2.70 pesos el metro, haciendo un comercio que les deja miles de pesos semanales.

Por si fuera poco, las pipas de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) destinadas a repartir el líquido sin costo alguno son insuficientes para atender la demanda y entregan cantidades escasas a las familias.

Además, los choferes ejercen un comercio clandestino porque el agua destinada a los colonos sin abasto la desvían para surtir albercas, negocios y domicilios particulares, obteniendo así jugosas ganancias.

Mientras tanto, miles de personas padecen sed y desabasto de agua para hacer sus menesteres, sobre todo en colonias en medio del desierto que fueron fundadas con invasiones de líderes priístas.

En Granjas Santa Elena, un ama de casa se queja de que “las pipas de la Junta de Agua son un problema”, ya que “vienen un solo día a la semana” y les llenan cuatro tambos de 200 litros cada uno, pero son insuficientes para satisfacer las necesidades de seis personas durante toda una semana, dice.

“Acaba de pasar una, estaban los tambos hasta secos, desde el domingo estábamos sin agua y ya es martes”, agrega. Y como no pueden prescindir de ella, tienen que comprarle a los piperos que venden a 10 pesos el tambo.

Pero no es solamente ese problema, sino que a veces llega el carro-tanque directo a un salón de eventos especiales ubicado en la calle Chabacano y allí el chofer vende el agua, indica.

“Las pipas hasta dicen ‘servicio gratuito’ pero allí se meten y la venden, la venden toda, tienen alberca, aquí llega el pipero directo a venderla, por eso no van a otras casas, porque a la alberca le cabe toda la pipa”, expresa.

Dice que cuando se pone a pitar afuera del negocio, los colonos le hablan al operador para que les surta agua, pero no les hace caso porque allí se la compran toda, cosa que no debe suceder porque ese abasto está destinado a las familias desamparadas, es gratuito y los choferes no deben lucrar abasteciendo albercas.

“Se las deja toda, y sale y se va a llenar, y regresa a surtir otra vez”, agrega. “Al dueño le dicen ‘el profe’, es un maestro de una secundaria o preparatoria”.

Vanesa Portillo Fabela, quien vive en calle Tampico sin número de la colonia Valle Dorado, dice que “se batalla mucho con el agua, en cambio cuando teníamos boletos estábamos bien chida”.

La pipa de la JMAS acude una vez por semana (los miércoles) y a pesar de que “debe dejar cuatro tambos por familia” y que allí viven cuatro familias, no quiere dejar los 16 que corresponden y surte apenas 11, agrega.

Allí vive un matrimonio que tiene cinco niños, otro que tiene cuatro, otro con tres y aparte allí residen también el padre y la madre de las mujeres, pues son hermanas y están todas casadas, de modo que son 20 personas, explica.

“Esa agua no es suficiente, entonces la demás la tenemos que comprar nosotros”, dice.

En esas circunstancias le compran a los piperos de las centrales obreras y, también, a los de la JMAS, quienes les cobran 30 pesos por llenar cada una de las dos cisternas que tienen en la propiedad, agrega.

Aquí cualquier persona sabe que los choferes de la Junta de Agua les venden el agua a las personas que tienen pilas, indica.

Los operadores de las pipas traen uniforme y hasta cachucha de la JMAS, además de que las pipas portan una leyenda informativa que indica que ellos surten el agua gratuitamente, expresa.

Norma Salas Beltrán, con domicilio en Tampico y De las Torres, dice que en esa vivienda residen ocho familiares, entre ellos cuatro niños, y el martes pasado tenían dos días sin agua.

Vienen nada más los miércoles y les dejan seis tambos de 200 litros, y como es insuficiente para todas las necesidades de la familia, tienen que comprar otros seis tambos para completar, agrega.

Ellos tienen que estar echándole agua al aparato de aire acondicionado y también al sanitario que deposita los desechos en una fosa séptica, entonces en un momento se acaban cuatro tambos, informa.

Isidro Cota Valadez, vecino de Valle Dorado, dice que “a la casa que vaya, ya no tienen agua, hoy es martes y la pipa debe venir el miércoles, inclusive el chofer anda hasta el jueves en la madrugada”.

“Lo que no entienden los señores de la JMAS es que aquí uno gasta más agua que en la ciudad”, agrega.

COMERCIALIZAN SIN CONTROL

Osvaldo Hernández, vocero de la JMAS, dice que hay 10 colonias que son atendidas por los “piperos particulares”, es decir, los que comercializan el agua y no enfrentan control alguno en sus precios.

Se trata de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), Confederación de Trabajadores de México (CTM) y Movimiento Territorial (MT) del PRI, siendo las tres centrales priístas, pero no se sabe la tarifa que manejan, agrega.

Los vecinos informan que dichos comerciantes venden a 10 pesos el tambo de 200 litros, lo que equivale a 50 pesos por metro cúbico.

Las colonias que visitan son Bello Horizonte, Campesina, Gobernadores, Granjas Unidas, La Estrella, Loma Blanca, Plazuela de Acuña, Granjas Santa Elena, Valle Dorado y Villa Esperanza, informa Hernández.

Obviamente, su labor en estas colonias, adonde también acuden las pipas de la JMAS, es complementar la demanda que queda insatisfecha.

En esas 10 colonias surten a 3 mil 645 familias que reciben 4 mil 243 metros cúbicos semanales, para lo cual se utilizan 28 pipas que hacen 35 viajes semanales por unidad, agrega Hernández.

El promedio de suministro por familia es de mil 150 litros por semana, indica.

Ernesto Mendoza Viveros, presidente de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS), dice que la fijación de tarifas del agua que surten las pipas es un asunto totalmente ajeno a ellos.

“Nosotros le regalamos el agua al fletero, lo único que pedimos es que estén autorizados por las autoridades de transporte y por las autoridades sanitarias”, agrega.

Y en seguida lo que hacemos es llenarles las pipas de agua para que vayan a surtir a las familias de las colonias, informa.

Los 4 mil 243 metros cúbicos son regalados a los piperos, quienes al vender el agua por tambo de 200 litros obtienen 50 pesos por metro cúbico, logrando un ingreso total de 212 mil 150 pesos por semana.

Si se divide esa cantidad entre las 28 pipas autorizadas, se tiene un ingreso semanal de 7 mil 576.78 pesos por cada vehículo, cantidad bastante elevada y que tiende a explicar por qué los transportistas defienden tanto ese negocio.

NADIE HA FIJADO PRECIO OFICIAL

El Artículo 18 de la Ley de Transporte y sus Vías de Comunicación establece lo siguiente:

“El servicio de transporte de agua en pipas para consumo humano se prestará en vehículos que reúnan las condiciones de higiene y salubridad que determinen las autoridades del ramo y la secretaría; no estará sujeto al itinerario ni horario determinado, pero sí a tarifa”.

Es decir, el agua que se distribuye para consumo humano en los 67 municipios del estado debe tener una tarifa oficial, pero nunca se ha fijado un precio para regule el comercio de las pipas, dice Rubén Luna Caldera, director de Transporte Público en la Zona Norte.

Se necesita establecer una tarifa oficial y difundirla, pero nunca se ha determinado y por lo tanto no se ha publicado, agrega.

Inclusive en las reformas que se hicieron a esa ley en diciembre de 2007 y en octubre de 2008 se mantuvo la disposición de que debe fijarse una tarifa oficial para el agua que venden las pipas, pero no se ha hecho esto, indica. Es una tarea que le compete al secretario general de Gobierno, Sergio Granados Pineda y al director de transporte del Estado, Chaquer Rohana, expresa.

Mientras tanto, los piperos pueden negociar con los compradores el precio del agua porque la fijación de ese cobro es una cuestión particular debido a que la autoridad no ha establecido ninguno, expresa.

Justo en estas fechas se ha hablado de establecer un cobro oficial, pero pasan las semanas y no sucede nada, informa.

Rubén Luna dice que en la Oficina de Transporte Público tienen vigentes 124 concesiones para transporte de agua.

Aparte hay 70 permisos exclusivamente para transportar agua potable que se renuevan cada año para atender la demanda de agua potable en la temporada de más calor, agrega.

Los concesionarios en lo particular definen si transportan agua potable o industrial, siendo lo segundo para la construcción, aclara.

Lo anterior indica que hay mucho más de 100 comerciantes de agua para consumo humano en pipas y que fácilmente superan a los 28 que tiene registrados la JMAS.

Además, es fácil para ellos acudir a algún conjunto de garzas y surtirse fuera de registro.

Máximo ávila Vejar, presidente de la Unión Municipal de Distribuidores de Agua Potable y Líquidos Industriales A.C. afiliados a la CNOP, dice que ellos afilian a “entre 13 y 14 pipas” que hacen de 4 a 5 viajes por día.

Agrega que el precio establecido entre piperos y usuarios es de 10 pesos por tambo de 200 litros desde hace cinco años.

Se queja de que hay agrupaciones ‘piratas’, que operan sin concesiones autorizadas, que andan haciéndoles competencia al grado de que ellos tienen paradas algunas pipas porque los dejan sin trabajo.

Rubén Luna Caldera, director de Transporte, dice que la fijación de ese precio es una cuestión particular, pero se logró una “tarifa referencial”, que no es obligatoria, para que los proveedores no impusieran precios muy altos, esto mientras se llega a tener una “tarifa oficial”.

SURTE JUNTA A CASI 5 MIL FAMILIAS

Osvaldo Hernández, vocero de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS), dice que esa descentralizada surte gratuitamente agua con pipas a 12 colonias donde residen 4 mil 702 familias a las que proveen 10 mil 395 metros cúbicos por semana.

Se trata de las colonias Pánfilo Natera, III Etapa, Ladrillera, Palo Chino, Lomas de Poleo, Granjas Santa Elena, Polo Gamboa, Kilómetro 28, Kilómetro 29, Estrella del Poniente, Salinas de Gortari y Villa Esperanza.

En total, se abastecen 10 mil 345 metros cúbicos semanales a 4 mil 702 familias, con un promedio de suministro de mil 200 litros por semana por cada familia, precisa.

Esta labor se realiza con 19 cisternas que hacen 50 viajes semanales cada una en promedio, dice.

Aparte le dan agua gratis a 11 centros de asistencia –locales de rehabilitación y una sociedad de padres de hijos con capacidades especiales–, tres centros comunitarios municipales y 21 escuelas.

Asimismo a 11 centros especiales: Agua Viva, APPNES, Bethel, Capernaum, Casa del Maestro, Sepromac, La Vid, Nuevo Camino, Misión de los Misioneros, Río Grande Albergue y Visión en Acción.

También a tres centros comunitarios: Km 27, Km 33 y Siglo XXI, así como a un Corralón de Tránsito, Ingeniería y otros departamentos y el laboratorio.

Es decir, suman 38 centros especiales, a quienes se entrega en total 880 metros cúbicos por semana, informa.

Explica que adicionalmente, la JMAS surte agua sin costo alguno al gobierno municipal, que a través del Copladem (Comité de Planeación del Desarrollo Municipal) abastece ocho colonias entregando cupones a los beneficiarios.

En estos asentamientos se surte a mil 755 familias, a quienes se obsequian mil 966 metros cúbicos de agua potable, con un promedio de 1.12 metros cúbicos (mil 120 litros) por semana.

Para esta labor se usan 10 pipas y cada una realiza 20 viajes semanales, dio a conocer.

Dichas colonias son Bello Horizonte, Campesina, Emiliano Zapata, Granjas San Rafael, Granjas del Desierto, Granjas Unidas, Loma Blanca y Tarahumara, explica.

Allí se atiende a mil 755 familias, a quienes se dejan mil 966 metros cúbicos de agua por semana, haciendo un promedio de suministro por familia de mil 120 litros semanales, informa.

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