¿Un Premio Nobel del agua?

15 abril 2014

De manera paralela, el mundo de las Ciencias cuenta también con importantes eventos de premiación que debido a su trascendencia reciben el nombre de “Nobel”, y que en el campo del Agua es el “Stockholm Water Prize” que consiste en un prestigioso galardón que reconoce los logros en campos relacionados con el agua de personas de distintas disciplinas e instituciones alrededor del mundo, quienes a través de sus investigaciones excepcionales permiten el conocimiento de éste recurso, su protección y propuestas de acceso del mismo para toda la vida.

El llamado “Nobel del agua” nació en 1991 a cargo del Instituto Internacional del Agua de Estocolmo, SIWI (por sus siglas en inglés) y consiste en un reconocimiento económico de 150.000 dólares y un galardón que se entrega al ganador durante la semana mundial del Agua en el mes de septiembre. Siendo premiados desde esa fecha científicos, académicos, universidades y ONG que han contribuido con investigaciones referente a:

  • nitrificación y acidificación en lagos de agua dulce;
  • procesos de purificación de agua y desarrollo de técnicas para evitar la contaminación de la misma;
  • programas de educación ambiental para el manejo y conservación del agua;
  • construcción y solución de infraestructura de agua potable y saneamiento en países pobres;
  • desarrollo de modelos dinámicos de hidrología y eco-hidrología;
  • contribuciones para el entendimiento de la química acuática;
  • desarrollo de conceptos claves para entender la relación del agua con la agricultura, el cambio climático, la economía y la gobernanza del agua, así como el concepto de agua virtual que permite medir la cantidad de agua utilizada para la producción de alimentos y productos; entre otras importantes aportaciones a este campo de las ciencias.

Este año el galardonado fue el profesor de la Universidad de Harvard, John Briscoe, originario de Sudáfrica quien ha realizado notables contribuciones relacionadas a la gestión global y local del agua; pues desde su experiencia in situ en Bangladesh y Mozambique, respectivamente, ha sabido gestionar de manera integral y sobre todo multidisciplinar (Ingeniería Ambiental, Economía y Ciencia Política) los retos asociados a los recursos hídricos, desde el manejo de desastres relacionados con el agua, desarrollo de infraestructuras hidrosanitarias, así como garantizando el acceso al agua segura como forma para mejorar la vida de los seres humanos.

Trabajos como los del profesor Briscoe son ejemplos reales que muestran cual debe ser el futuro de la gestión de los recursos hídricos, con un necesario enfoque holístico y de soporte en distintas profesiones, actores políticos, sociales y con la consecuente participación ciudadana que permita que un bien tan importante para la humanidad sea manejado con criterio técnico, alejado de interferencias clientelares o de beneficio personal, que equivocan al referirse al agua como un recurso que puede ser “negociado” cual si se tratase de una mercancía más.


15 de abril de 2014

Fuente: iAgua.es / Blog de Andrés Martínez

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