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Cerveceras y agua: lo que sabemos (y lo que no)

12 agosto 2025

Redacción: agua.org.mx / Karina Bautista-Fondo para la Comunicación y Educación Ambiental, A.C.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México se consumen en promedio 68 litros de cerveza al año por persona. Además, entre las 288 actividades económicas que conforman las industrias manufactureras, la producción cervecera está dentro de las 19 más relevantes. No hay duda: México es un país que no solo consume, sino que también produce grandes cantidades de cerveza. Desde 2010, ocupa el primer lugar como exportador mundial, superando a países emblemáticos en esta industria como los Países Bajos, Bélgica y Alemania. [1]

Pero ¿Qué hay detrás de esta industria? ¿Qué nos falta por saber? ¿Cuánta agua se necesita para producir la cerveza que consumimos y exportamos?

Para producir cualquier producto se necesita agua, y aún más cuando se trata de uno líquido. En el caso de la cerveza, a pesar de que existan una variedad de ellas, sus ingredientes principales son: cebada, lúpulo, levadura y agua.

En México, la agroindustria cervecera utiliza en promedio 2.5 litros de agua por cada litro de cerveza producido. Aunque esta cifra puede parecer elevada, la Cámara de la Cerveza y de la Malta de México destaca que se trata de una de las tasas más eficientes a nivel mundial. El promedio internacional va de 4 a 6 litros.[2] Incluso algunas empresas cerveceras mexicanas aseguran una mayor eficiencia al utilizar 1.8 litros de agua por litro de cerveza. [3]

Este cálculo forma parte de la huella hídrica, que no solo considera el agua utilizada en la producción directa, sino también el agua virtual involucrada en el cultivo de ingredientes como la cebada, el lúpulo y otros insumos agrícolas, que representan la mayor parte del consumo total de agua en la producción cervecera.

La huella hídrica de la cerveza aumenta significativamente cuando se toma en cuenta todo el proceso de producción. Se estima que para producir un litro de cerveza se requieren entre 300 y 400 litros de agua, considerando el agua usada en la agricultura y en la elaboración de los ingredientes. Solo la cebada representa una huella hídrica de aproximadamente 298 litros de agua por litro de cerveza, sin incluir otros ingredientes que también aportan a este consumo, aunque en menor cantidad. [4]

Este dato refleja la importancia de gestionar el agua no solo en la fábrica, sino también en toda la cadena productiva agrícola, que representa más del 90 % del uso total de agua para esta bebida.

¿De dónde proviene el agua que se utiliza para producir cerveza? En México, puede extraerse de fuentes superficiales (como ríos y presas) o subterráneas (como acuíferos). Del total de agua concesionada en el país, el 4.8 % se destina a todas las industrias, incluyendo la cervecera.[5] Aunque esta cifra podría parecer baja, la industria cervecera continúa expandiéndose y lo hace en territorios donde hay escasez de agua, por ejemplo, el mayor volumen de agua concesionada se ubica en el norte de México, aun y cuando se han presentado sequías extremas en los últimos años. En todo México se tienen concesionados 95,889,109 M³/año de agua subterránea. [6]

Sin embargo, a diferencia de otros sectores industriales, como el de electrónicos o automóviles, la producción de cerveza no genera un valor agregado tan alto*[7] para el país en términos de tecnología o innovación. Aun así, es un negocio muy rentable para las empresas. ¿La razón? La cerveza se sigue comprando, aunque su precio aumente. Esto significa que, incluso con costos más altos, las ventas no bajan demasiado y las ganancias se mantienen elevadas.

En términos generales, el alto consumo de agua de la industria cervecera depende de su disponibilidad, gestión y costo. No obstante, esta demanda puede poner en riesgo el derecho humano al agua y al saneamiento.

Las tres principales cerveceras del país aseguran haber implementado acciones en materia ambiental y social, como parte de su responsabilidad social corporativa sostenible, especialmente en lo relacionado con el acceso al agua para su producción. Sin embargo, no han evaluado si estas medidas realmente compensan la extracción de agua, particularmente en regiones con baja disponibilidad o estrés hídrico. Esto podría tener consecuencias graves, tanto para los ecosistemas locales como para las comunidades que dependen de esas fuentes de agua. [5]

Por otro lado, si la producción cervecera sigue creciendo al ritmo actual, será insostenible por la sobreexplotación, contaminación y el cambio climático. El precio del agua, que sigue siendo bajo para la industria, no influye de forma significativa en sus decisiones, lo que hace evidente la necesidad de revisar y ajustar las políticas de concesión. [5]

En este contexto, los debates recientes en Kanasín, Yucatán, sobre la instalación de una planta de producción se insertan en una discusión más amplia: cómo equilibrar el desarrollo industrial con la protección de un recurso vital que, en muchas regiones, ya se encuentra en el límite.

Te invitamos a informarte a profundidad en este tema y elaborar tu postura y preguntarte ¿estamos dispuestos a pagar el verdadero costo ambiental de la cerveza que consumimos?

 

Referencias:

[1] Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2021). Conociendo la Industria de la Cerveza. INEGI

[2] Cerveceros de México, Cámara de la Cerveza y la Malta (2017). Estadísticas.

[3] Sustentabilidad y RSC (2023). HEINEKEN México se posiciona como referente mundial en uso de agua. Heineken.

[4] Water Footprint Network. (s.f.) Product Gallery. WFN

[5] Conagua. (2024). Estadísticas del agua en México 2023. Conagua

[6] Martínez Sidón, G.; González Ávila, M.; Vázquez Galán, B. y Corrales Corrales, S. (2024). Sostenibilidad económica en la industria cervecera mexicana: paradojas en el acceso y uso del agua. Revista Desarrollo, Estado y Espacio, 3(2). (Junio-Diciembre). 2024. Santa Fe, Argentina. UNL.

[7] *El valor agregado es todo lo que una industria aporta más allá del producto en sí: puede ser desarrollo tecnológico, innovación, empleos bien pagados, transferencia de conocimiento o impulso a otros sectores. Por ejemplo, la industria automotriz no solo ensambla autos, también impulsa investigación, capacita personal especializado y genera cadenas de suministro complejas. En cambio, la producción de cerveza, aunque es importante económicamente, no suele generar ese tipo de beneficios adicionales en la misma medida.