Impacto de especies invasoras en cuerpos de agua

23 noviembre 2017 Agua

Todas las especies  presentes en el planeta se desarrollaron como resultado de procesos evolutivos  delimitados geográficamente;  las especies surgen asociadas a espacios y ambientes específicos, están directamente relacionadas con su hábitat pero ¿qué pasa cuando una especie traspasa los límites de su hábitat natural? y ¿cuáles son las implicaciones de esto?

En la actualidad la globalización facilita la movilidad de las personas y con ello también la de especies. Cuando una especie llega en forma deliberada por la acción del hombre, o incidental  por el efecto de vientos, corrientes marinas o eventos climáticos extremos, a un hábitat que no es el suyo, se convierte en una especie exótica o introducida. Sin embargo, ésta sólo se será una especie invasora cuando puede sobrevivir, reproducirse y expandir su área de distribución, más allá de su punto inicial de establecimiento.

La propagación de especies exóticas depende de sus características intrínsecas y de las condiciones prevalecientes en el sitio al que fueron introducidas;   generalmente carecen de enemigos naturales que controlen su crecimiento poblacional, pueden ocupar nichos vacíos y consumir parte de los recursos que no aprovechan las especies nativas, pero también compiten por éstos.  Adicionalmente factores en el sitio de la introducción como la conectividad  y  la riqueza de especies —comunidades con menor riqueza de especies son también menos resistentes— son también determinantes en el éxito de una invasión[1].

Otro elemento crucial en la propagación de estas especies exóticas, es el hecho de que pequeñas poblaciones  sobrevivan; no es necesario que se introduzcan un gran número de ejemplares o semillas de una especie exótica, para que ésta colonice el hábitat de otras.

Las invasiones biológicas no sólo modifican la dinámica de los ecosistemas al impactar en la cadena trófica y el equilibrio entre las especies nativas, pueden también alterar las condiciones físicas del ecosistema  y  sin duda tener repercusiones económicas y/o sanitarias

Algunas características comunes de las especies invasoras[2] son:

  • Alta tasa de reproducción y dispersión
  • Gran longevidad
  • Amplia área de distribución original
  • Resistente a un amplio rango de condiciones ambientales y climáticas
  • De régimen alimentario amplio
  • Gregarias (los individuos trabajan juntos para conseguir un objetivo común)

En México más del 80 por ciento de las especies invasoras identificadas son plantas o algas y entre los hábitats más impactados se encuentran los cuerpos de agua continental. En estos,  las corrientes  pueden mover a grandes distancias  a  organismos de movimiento autónomo como los peces o a especies sésiles como las algas o las plantas .  Se calcula que más del 60 por ciento de las extinciones de peces dulce acuícolas, se debe a las especies invasoras.

Los sistemas acuícolas son particularmente vulnerables a las invasiones, las corrientes superficiales y subterráneas, pueden mover grandes distancias  tanto especies de movimiento autónomo como los peces, como a especies que no se mueven por si mismas como algas o plantas acuícolas.

Un ejemplo emblemático es el del lirio acuático (Eichhornia crassipes), la maleza acuática que más problemas causa en el mundo, proviene del amazonas pero se encuentra en más de 50 países. En México, esta planta  se introdujo con fines ornamentales a principios del siglo XIX; se dice, por ejemplo, que Doña Carmen Romero Rubio —esposa de Porfirio Díaz—, fue una de las introductoras de la especie, la dejaba en los canales de Xochimilco para embellecerlos[3].

Actualmente,  ocupa una superficie de al menos 62 mil hectáreas, es la principal maleza y está presente en prácticamente todos los lagos del país[4].   Al cubrir grandes extensiones esta planta  ocasiona cambios brutales en el ecosistema; genera pérdidas importantes de agua por la evapotranspiración y al impedir el paso de la luz hacia el lecho de ríos y lagos, impide la fotosíntesis de otros organismos.  Así  la concentración de oxígeno en el agua disminuye y puede causar también la desaparición de la fauna nativa.  La desaparición de estas especies puede repercutir en la desaparición de especies terrestres o aéreas que se alimentan de sus poblaciones. En síntesis, modifica drásticamente la dinámica ecológica del sitio. Se calcula que limpiar una hectárea puede costar hasta 70 mil pesos.

En México,  una las principales amenazas para la biodiversidad y para la pesquerías de agua dulce fue la introducción y expansión del pez diablo plecos,  limpia peceras o limpia vidrios —. Desde su introducción en 1995 este grupo de especies del amazonas se ha expandido en forma alarmante en pocos años [5]. Se estima que la invasión del pez diablo (Pterygoplichthys sp.) en la presa El Infiernillo ha ocasionado  pérdidas por cerca de 36 millones de pesos anuales. Durante años en este embalse se desarrolló la actividad pesquera en agua dulce más importante del país; con una producción de 20 mil toneladas anuales; 3,600 pescadores quedaron desempleados, pues el pez diablo reemplazó sus capturas y éste no sólo no es una especie comercial, sino que además daña sus artes de pesca[6].

Los mejillones (Dreissena polymorpha y D. rostriformis) que llegaron a Norteamérica por la descarga de agua de lastre de grandes embarcaciones, se adhieren a la superficie de los sistemas de abastecimiento de agua, bloqueando las tuberías y afectando los sistemas de  riego en amplias zonas agrícolas. Estas afectaciones a la infraestructura generan costos de más de mil millones de dólares anuales en Estados Unidos de Norteamérica[7].

Finalmente, existen también riesgos sanitarios.  Las especies exóticas introducidas pueden portar virus o patógenos que afecten directamente a las especies nativas; en algunos casos  esto repercute en el desarrollo de alguna actividad productiva o en la salud de las personas.

El comercio internacional es una actividad que puede mover un número importante de especies de un país a otro. El embalaje de madera es un medio común de introducción de insectos, arácnidos, vegetales patógenos, plantas, invertebrados terrestres, entre otros organismos, que al entrar a un territorio diferente al de su origen, pueden convertirse en plaga y generar impactos considerables en la biodiversidad, los ecosistemas y las actividades agrícolas. En México se inspecciona la condición sanitaria de los embalajes de madera de las mercancías que ingresan al país; el 39 por ciento de los organismos patógenos interceptados con estas acciones, fue en embalajes de madera[8].

Si bien las invasiones biológicas pueden ser de carácter natural, la mayoría se debe las actividades humanas. El costo que involucra su control puede ser enorme;  de hecho  es  mucho  mayor,  al que habría representado  prevenirlas.

La conexión entre ríos, lagos y acuíferos aunada a las corrientes que facilitan el movimiento y la dispersión de las especies acuáticas introducidas, hacen a los sistemas acuícolas especialmente vulnerables a las invasiones biológicas.

El efecto de estas invasiones tiene implicaciones en la calidad del agua; al cambiar condiciones físicas  como la entrada de luz o la concentración de oxígeno en los cuerpos de agua, se altera también  su calidad, pero también alteran la dinámica de los ecosistemas, el balance hídrico regional y con ello también la cantidad de agua disponible.

Es importante hacer conciencia del impacto que pueden tener nuestras acciones. No extraigas ejemplares de plantas o animales cuando salgas de paseo. Recuerda que las especies están estrechamente vinculadas a su hábitat  y que si llegan a otro ambiente pueden causar efectos que ni siquiera imaginas.

No liberes especies exóticas al medio, si ya no quieres o puedes tener una mascota o planta,  consulta a los expertos para tomar las medidas que salvaguarden las condiciones de los ecosistemas de nuestro país.

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Referencias [1] Hierro et al. 2004, citados en Mendoza-Alfaro y Koleff-Osorio (coords.). 2014. Especies Acuáticas Invasoras en México. Comisión Nacional para el conocimiento y uso de la Biodiversidad. [2] Williams y Meffe 2005, citados en Mendoza-Alfaro y Koleff-Osorio (coords.). 2014. Especies Acuáticas Invasoras en México. Comisión Nacional para el conocimiento y uso de la Biodiversidad. [3] Camarena-Medrano, O. y J.Á. Aguilar- Zepeda. 2013. Control biológico del lirio acuático en México: primera experiencia exitosa con neoquetinos en distritos de riego. Instituto Mexicano de Tecnología del Agua. [4] Método de Evaluación Rápida de Invasividad (MERI) para especies exóticas en México. Eichhornia crassipes (Mart.) Solms, 1883.  [5] Mendoza R., S. Contreras, C. Ramírez, P. Koleff, P. Álvarez y V. Aguilar. 2007. Los peces diablo. Biodiversitas. Comisión Nacional para el uso y conocimiento de la Biodiversidad (Conabio).  [6] Parpal, J. 2017. El costo de la atención de especies exóticas invasoras en México. Comisión Nacional para el conocimiento y uso de la Biodiversidad. [7] Parpal, J. 2017. Ibid. [8] SEMARNAT. 2005. Guía de tecnología y procedimientos para el tratamiento fitosanitario y manejo de embalaje de madera utilizado en el comercio internacional. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales; Subsecretaría de Fomento y Normatividad Ambiental.

Enlaces externos relacionados:

Para conocer más sobre la situación de las especies invasoras, puedes consultar el portal de la Semarnat y registrar observaciones, también está la Red Global de Información sobre Especies Invasoras, y la Base de Datos Mundial de Especies Invasoras. La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-Xochimilco) tiene una página exclusiva para el pez diablo.

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