Un acueducto alavés en México

31 mayo 2017

30 de mayo de 2017
Fuente: El Correo
Nota: Fransisco Góngora

La huella alavesa en México es muy grande. El número de inmigrantes, especialmente de la zona de Ayala, es llamativo. En este caso, vamos a ocuparnos de un personaje que construyó una obra descomunal para su época, el famoso acueducto de Querétaro, ciudad situada a unos 200 kilómetros de la capital. Son 1.280 metros de longitud, suma 74 arcos con un máximo de altura de 23 metros y está hecho en piedra de cantería rosa.

Foto: tomada de El Correo

Hoy en día es símbolo e imagen de Querétaro, fundada en 1531, que llegó a ser la tercera ciudad del país centroamericano, cuna de la independencia de España y declarada Patrimonio de la Humanidad por su conjunto monumental. Fue construido para llevar agua de buena calidad a la ciudad por un canal de unos diez kilómetros. El acueducto se levantó para salvar un valle y todavía sigue en activo para alimentar las fuentes públicas.

La idea partió de Juan Antonio de Urrutia y Arana, nacido en Llanteno (municipio de Ayala) en 1670. Este alavés, bautizado en el santuario de La Encina, llegó a México con apenas 17 años llamado por su tío Juan Urrutia y Retes, I Marqués de Villar del Águila, que había emigrado unos años antes y que, al no tener hijos de su matrimonio, le eligió como heredero de sus bienes y títulos.

Gracias a la influencia de su tío, ocupó diversos cargos en la ciudad de México: a los 20 años, su tío le traspasa el puesto de Guarda Mayor de la Casa de la Moneda. También durante el motín de 1692, producido por la escasez de maíz, participó en el restablecimiento del orden como Capitán de Caballos Corazas. Posteriormente, es nombrado Alcaide de la Alameda. Entre 1694 y 1697 es regidor de la ciudad. En 1696 es nombrado Obrero Mayor y Diputado de Propios. Desde 1694 sucede a su tío como Marqués de la Villa del Villar del Águila.

A pesar de que nunca volvió a su tierra también se le nombró honoríficamente para algunos cargos en Ayala. En 1695, por ejemplo, es nombrado mayordomo de la Fábrica del Santísimo Sacramento. En 1697, regidor de Llanteno y Alcalde de la Cuadrilla de Oquendo. Los nombramientos honoríficos eran habituales en esta época y servían para dar prestigio a una familia y para conseguir otros privilegios.

El último cargo público que desempeñó fue el de Justicia Mayor en 1713. A partir de este momento, se dedica a la administración de su mayorazgo y del de su esposa, Mª Josefa Paula Guerrero Dávila Moctezuma y Fernández del Corral, con la que se casó el 9 de febrero de 1699.

Gran monumento

La construcción del acueducto está ligada a una historia de amor. Empieza cuando el marqués es comisionado para que acompañe desde México hasta Querétaro a las monjas fundadoras del convento de las Capuchinas. Corría el año 1721. Aunque lo hace a regañadientes, conoce a una sobrina de su mujer que es una de las monjas. El amor salta a primera vista, pero Sor Marcela, una hermosa dama de familia noble y acomodada le impone un acuerdo de amor puro en el que el alavés, un gigantón de 1,90, debe construir el acueducto para llevar agua al convento. Hasta aquí la leyenda que pasa de boca en boca.

Lo cierto es que hacia 1720 los habitantes de Querétaro sufrían la insalubridad de sus aguas. La gente enfermaba y moría por su alta contaminación. El Marqués, que ya entonces gozaba de una buena fortuna, decidió hacer la obra para transportar agua de calidad a la ciudad. La fuente buena estaba a 10 kilómetros en el pueblo de San Pedro de la Cañada y era preciso la obra hidráulica de ingeniería que él mismo pagó para salvar el valle.

En 1738 la obra se termina completamente y el agua se distribuye por las fuentes públicas (10) y algunas privadas (70), entre ellas, la del convento de las Capuchinas.

No acaba ahí la generosidad del alavés. Manda construir un puente y cuatro fuentes artísticas que él paga. El Marqués también interviene como maestro que traza y calcula cada una de las obras. Murió en México en 1743.

Querétaro le recuerda a través de un gran monumento. La ciudad es conocida, precisamente por el acueducto. También dejó un legado para la Virgen Blanca de Llanteno.

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2 comentarios en “Un acueducto alavés en México”

    1. Hola Eduardo, Agradecemos su comentario. La palabra “alavés”, en esta noticia, hace referencia al estilo español que tiene el acueducto, específicamente a Álava, provincia del País Vasco. Esperemos haber aclarado su duda. Saludos

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