El desfogue de Peñitas inundó Tabasco: expertos

15 noviembre 2007

Ciudad de México (15 de noviembre de 2007).- El cambio climático, la cantidad de lluvias y hasta la Luna… todo se conjuntó para anegar 80 por ciento del territorio tabasqueño, pero lo que fue la principal causa del peor desastre de la historia de la entidad fue la negligencia con la que fueron operadas las presas de la cuenca del Grijalva.

En diez días, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) permitió el desfogue de la presa Peñitas, de un total de mil 118 millones 680 mil metros cúbicos, al ritmo de dos mil metros cúbicos por segundo (m3/s), durante los tres primeros días, mil 500 m3/s en los siguientes tres días y 800 m3/s durante otros cuatro.

Por esa cantidad de desfogue, reconocido por la CFE en boletines oficiales, especialistas aseguran que existen culpables de la tragedia, y el cambio climático no es uno de ellos.

"Por supuesto que las inundaciones no fueron producidas por un suceso natural. El problema se dio por el mal manejo de las cuatro presas que hay en el río Grijalva y sus afluentes", indicó Agustín Breña Puyol, investigador del Departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica, de la Universidad Autónoma de México (UAM).

Por su parte, María Francisca Naranjo Pérez de León, maestra en aprovechamientos hidráulicos y doctora en ingeniería por la Universidad de Laval, en Canadá, advirtió que sin duda hubo negligencia, pues quienes manejan las presas sabían que al desfogar dos mil m3/s, ningún cauce de río lo podría absorber.

"Resulta que había predicciones de mal tiempo que avisaban de las lluvias intensas. Entonces, quiero creer que no vieron la información, lo cual es una falta de total de responsabilidad, o que decidieron esperar hasta el último momento para desfogar Peñitas -que estaba a más de 90 por ciento de su capacidad- de un solo golpe, cuando ya no se tenía otra opción", indicó la experta.

Desde dependencias y funcionarios del gobierno federal se ha culpado de las inundaciones a las lluvias extraordinarias que se registraron durante tres días en Tabasco, del 28 al 30 de octubre: 664 milímetros en total.

Asimismo, el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales llegó a declarar que las fases lunares influyeron sobre el oleaje que no dejó fluir al Golfo de México el caudal de los ríos.

"La Comisión Federal de Electricidad y la Comisión Nacional del Agua dicen que fue por las precipitaciones; sin embargo, no se dan a conocer estudios detallados de la operación de las presas y, en especial, de Peñitas", apuntó Breña Puyol.

Destacó que para que puedan comprobar que el desfogue sólo contribuyó en 3 por ciento a las inundaciones -tal y como lo avala El Colegio de Ingenieros Civiles de México, AC-, es necesario dar un desglose detallado del este suceso.

Naranjo Pérez de León, quien también funge como coordinadora general del Centro de Investigaciones del agua, señaló que es necesario que muestren las bitácoras.

Aseveró que "las autoridades saben qué pasó, y si lo dicen se echan una bronca política. Realmente esto es una situación grave porque hay culpables, y nadie quiere pedirle cuentas a nadie para que después no se las pidan a ellos, pues saben que ésa es la única manera de estar en el poder".

Versiones sin sustento

Según un estudio del Colegio de Ingenieros Civiles de México, el cual se refiere al desfogue de los tres primeros días, "gracias a contar con las cuatro presas que controlan el río Grijalva (La Angostura, Chicoasén, Malpaso y Peñitas) y a que la CFE realizó la operación cuidadosa y responsable de ellas, la inundación en la planicie costera de Tabasco no fue más grave".

Esa explicación, aseguró Naranjo Pérez de León, "es clara en su argumento, pues no había más opción que desfogar para evitar un accidente mayor. Pero esa cantidad de agua sin duda provocó la inundación, y de haber tomado en cuenta la información meteorológica que se tenía desde antes, se pudo evitar el problema. Había tiempo para desfogar poco a poco el agua de Peñitas".

Para ella, si el Colegio de Ingenieros avaló que fue un desastre natural el causante del desastre, es porque en ese organismo están quienes han construido las presas.

"Pero con una lluvia de cien milímetros un caudal aumenta en 250 metros cúbicos por segundo, entonces un desfogue de dos mil m3/s cuánto aumenta el nivel de un ríos cuando éste ya está llenos porque es época de lluvias", cuestionó.

Otra dimensión la dio Michel Rosengaus, jefe del Servicio Meteorológico Nacional, quien dijo que con la lluvia que cayó en Tabasco durante tres días: 664 milímetros, se hubiera dotado de agua potable al Distrito Federal por 25 años.

De acuerdo con Naranjo Pérez de León, es imposible comparar la cantidad de lluvia con los metros cúbicos por segundo procedentes de Peñitas, pues la conversión no es lineal, ya que hay aprovechamientos, y eso es engañoso.

El agua que requiere al día la ciudad de México son 63 m3/s, 31 veces menos de lo que se desfogó por segundo durante tres días de Peñitas.

Que por segunda ocasión se haya inundado Tabasco, demuestra también que no se construyó la infraestructura hidráulica necesaria, complementó Breña Puyol.

Abundó que el Proyecto Integral contra las Inundaciones, que se diseñó después de la inundación de 1999, no se concluyó y este desastre lo demuestra. Observamos cómo se colocaron costales de arena en las márgenes del río Grijalva, y esto no es una estructura hidráulica para contener escurrimientos y menos aun inundaciones relevantes.

Ante ello, Naranjo Pérez de León concluyó "allí se dio negligencia y nosotros, que nos dedicamos a estos temas, lo sabemos. Pero como no nos pueden callar, entonces lo gritamos".

Por: Miriam de Regil

Fuente: El Financiero

Sitio web: http://impreso.elfinanciero.com.mx/pages/Ejemplar.aspx?IdNota=204806