Cataluña está atravesando uno de los episodios de sequía más drásticos que se recuerdan. Nunca antes durante el último siglo la falta de agua había sido tan notable en la región. Ante esta situación, las autoridades han declarado el estado de emergencia.
Los embalses que abastecen a la mayor parte de la comunidad se encuentran en su mínimo histórico. Tan solo cuentan con un 16% de agua. Debido a este escenario tan extremo se han adoptado una serie de restricciones, como la prohibición de llenar las piscinas de hoteles, restringir el riego de zonas verdes o reducir el consumo por parte del sector del campo.