UNAM: Sufre la mitad del país algún grado de desertificación

19 junio 2017

18 de junio de 2017
Fuente: La Jornada

En México, 50 por ciento del suelo presenta algún tipo de erosión por desertificación, y 450 municipios de 19 estados sufren por ese fenómeno. Los más afectados son Oaxaca, Sonora, Chihuahua y Zacatecas de acuerdo con José Luis Luna Montoya, titular del Laboratorio de Suelos del Colegio de Geografía, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

Foto: Jesús Villaseca, tomada de La Jornada

Con motivo del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación, el universitario explicó que en el mundo se vive situación crítica, pues entre 70 y 75 por ciento de los suelos del planeta padecen algún grado de desertificación. “Esto significa que la tercera parte de la corteza terrestre es desierto y semidesierto”.

Sin cobertura vegetal no hay vida, dijo. Con suelos erosionados las plantas no crecen y los alimentos no se producen. Los ecosistemas se afectan, a veces hasta un punto de no retorno.

Luna Montoya expuso que de 1950 a la fecha el fenómeno de la desertificación crece hasta 35 veces más rápido que en siglos anteriores.

Éste es un indicador tan importante como el de la contaminación ambiental. “Lo que hoy se tiene es pérdida de suelos agrícolas por la desertificación, que ocurre por la degradación del suelo (la pérdida de materia orgánica y de nutrientes) y la falta de agua, pues sin ésta no hay agricultura”, resaltó.

Desertificación es el proceso de crecimiento de las zonas áridas y semiáridas por efecto de la actividad humana, explicó. En tanto, el fenómeno de desertización es el crecimiento y movimiento natural de los desiertos.

La sequía es un periodo en el que prevalece la falta de precipitaciones, es decir, la ausencia de lluvia se prolonga y se generan condiciones de escasez en una zona. Se presenta predominantemente en regiones templadas, áridas y semiáridas. “Es un fenómeno cíclico en todo el mundo. Actualmente, con los procesos ambientales provocados por la actividad humana, las sequías se han modificado y tienden a ser más frecuentes e intensas”, precisó Luna Montoya.

La pérdida de cobertura vegetal original de los ecosistemas es detonante de una sequía. “La modificación original del uso del suelo la provoca, y en esto interviene el crecimiento de las zonas urbanas, la ganadería y la agricultura”.

Sequía y desertificación se identifican por separado, pero una lleva a la otra. Si hay más zonas áridas (donde la evaporación excede a la precipitación), evidentemente habrá más sequía, y esto va creciendo por el fenómeno de la desertificación. “Hoy existen más zonas áridas y semiáridas en el planeta”.

Entre los factores que inciden en la desertificación están la pobreza, la deforestación, las prácticas agrícolas inadecuadas y el sobrepastoreo (uso excesivo del suelo para ganadería).

La ONU señala que mil millones de personas se localizan en zonas de riesgo, áreas que están en proceso de transición, con suelos con algún grado de erosión. “Están repartidas en poco más de 100 países, el común denominador de estas comunidades es que son pobres y padecen falta de alimento”, destacó.

El geógrafo expuso que entre los años 2000 y 2015, el número de migrantes por desertificación aumentó de 173 a 244 millones de personas en el mundo.

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