Uso indiscriminado de antibióticos aumenta la resistencia de bacterias

22 enero 2009

Fuente:

16 ENE 09 | Microorganismos patógenos
IntraMed News 533
Isabel Pérez
Gaceta UNAM
http://www.dgcs. unam.mx/gacetawe b/2009/090108/ gaceta.htm
 

El panorama se torna grave; puede propiciar procesos tóxicos
Artículo en IntraMed: http://www.intramed .net/57885
La presencia de antibióticos en sistemas acuáticos ha ocasionado que
las bacterias que ahí habitan se hagan resistentes a la acción de
esas sustancias. Microorganismos, como algunas cepas de Escherichia
coli, son controlados con esos compuestos dentro del cuerpo humano;
si el tratamiento es eficaz, el organismo patógeno muere, pero una
parte considerable del medicamento es desechado a través de la orina
y las heces, y luego vertidas a las aguas negras, que son
reutilizadas para riesgo de campos de cultivo.
Sin embargo, si el fármaco no funciona, las bacterias pueden
adquirir resistencia al compuesto y transferirla a otras, una vez
que sean arrojadas al drenaje.
Esa inmunidad ha acortado la vida media de los antibióticos y, por
ende, su efectividad, explicaron Irma Rosas Pérez, del Centro de
Ciencias de la Atmósfera, y Christina Désirée Siebe Grabach, del
Instituto de Geología.
Irma Rosas, doctora en Biología por la UNAM, estudia la presencia de
microorganismos patógenos para humanos en sistemas acuáticos,
influidos por descargas de aguas residuales en las que se han
detectado medicamentos.
El interés por analizar esos organismos, que en algunos momentos
estuvieron en el tracto digestivo, fue saber qué sucedía con ellos
al ser introducidos al ambiente y, en este caso, a concentraciones
subinhibitorias de fármacos.
De acuerdo con sus estudios, las bacterias presentan factores de
resistencia a panaceas (medicamentos) viejas y nuevas. Según la
prueba MIC (Concentració n Mínima Inhibitoria) , están expuestas a
esas sustancias no sólo en el aparato digestivo en un tratamiento,
sino también en el ambiente al que son desechadas, y ahí a bajas
concentraciones.
El panorama se torna grave, pues su resistencia induce el empleo de
mayores concentraciones de antibióticos para su tratamiento, lo que
puede propiciar procesos tóxicos, indicó la investigadora y
presidenta del Colegio de Biólogos de México.
Otro de los inconvenientes incide en la salud pública, ya que se
acorta la vida media de los medicamentos, y se hace necesaria la
creación de otros para proteger a humanos y animales sujetos a
régimen.
Es necesario descontinuar tratamientos que se han vuelto débiles y
echar mano de otros a los que no sean resistentes los
microorganismos. Aunque si los médicos y la comunidad hacen mal uso
de ellos, y las aguas negras son manejadas de modo inadecuado, su
eficiencia seguirá decreciendo. El inconveniente, dijo, es que, en
ocasiones, se prescribe a la ligera y, aunado a ello, la población
mexicana tiene acceso a estos fármacos sin receta.
A su vez, Christina Siebe, del Departamento de Edatología, precisó
que la importancia de estas investigaciones radica en analizar el
impacto de las aguas negras sobre los ecosistemas, pues sólo un
porcentaje bajo de los desechos de 21 millones de habitantes del
Valle de México pasa por una planta de tratamiento, mientras que la
mayor parte son vertidos directamente a los sistemas acuáticos o
canales de reigo.
Además, el empleo de antibióticos está pensado para combatir a
microbios específicos y patógenos que afectan a los animales y al
hombre, aunque en el ambiente muchos de estos compuestos pueden
dañar a un grupo importante de microorganismos benéficos, encargados
de realizar procesos biogeoquímicos trascendentes para el reciclaje
de nutrimentos, señaló.
Ante ello, es necesario identificar las panaceas diluidas en el agua
y en los suelos para analizar su concentración y la manera en que
los afectan, por lo que se monitorean las sustancias con base en el
consumo de los medicamentos en México; además, se evalúan las
cantidades que se consumen y por que rutas se dispersan en el
ambiente.
Comportamiento de fármacos en el ambiente
Ambas investigadoras participan en un proyecto multidisciplinario
sobre el comportamiento de fármacos en el ambiente, junto con
científicos de otras entidades de la UNAM, el Instituto Nacional de
Salud Pública e Instituciones alemanas.
Uno de los objetivos es que la información que se genere tenga una
utilidad como beneficios y aportaciones al conocimiento científico;
mejor entendimiento de los procesos; saber cómo y dónde actúan estas
sustancias, y a quiénes afectan; además influir en los tomadores de
decisiones en salud pública, para que consideren los resultados en
favor de la población y del ambiente.
Por esa razón, las especialistas se han dado a la tarea de
incorporar en el programa a epidemiólogos y médicos en general,
además de pares con conocimiento en el mercado de los fármacos,
geocientíficos ambientales, ingenieros y microbiólogos, para
discutir de manera conjunta las repercusiones de producir, consumir
y verter indiscriminadamente este tipo de panaceas al ambiente.

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